La asociación Argentina de Empresarias / ASEM, representadas por su presidenta, Beatriz Segni, como partner Internacional de la Cumbre que se estaba llevando a cabo en Barcelona envia información de la misma en su segundo día del evento. La reunión internacional reúne a 600 líderes políticas y empresariales.
Barcelona
ISABEL RAMOS RIOJA
Se ajustan al modelo actual de triunfadora. Son mujeres que desempeñan altos cargos en la política y en los negocios. Casi seiscientas mujeres de 76 países, líderes de partidos políticos y de ONG, altos cargos gubernamentales, mujeres de negocios y empresarias se reúnen durante tres días en Barcelona en la XII Cumbre Mundial de Mujeres.
El objetivo es doble: Fomentar los negocios a nivel internacional y «explorar el mercado europeo», fin éste con el que se han desplazado especialmente a Barcelona las participantes de Estados Unidos.
Esta edición, que se inauguró ayer y se clausura mañana, es la que va a contar con mayor participación de las celebradas hasta la fecha, aseguró Irene Natividad, empresaria y presidenta del evento, en rueda de prensa.
Esta cumbre del llamado Davos de las mujeres -en referencia al Foro Económico Mundial, que controla la economía global- estará centrada en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para abrir otras vías en el comercio.
«Hay empresarias que quieren saber cómo hacer negocios en línea; queremos hacer una red de mujeres empresarias en Internet», dijo Natividad, que es presidenta de Globewomen.com, primer centro de recursos «on-line» para mujeres en Estados Unidos. Natividad, filipina de nacimiento y de nacionalidad estadounidense, participa, entre otros organismos, en una organización bipartita que pugna por la designación de un mayor número de mujeres para puestos públicos.
La mayoría de las mujeres empresarias están al frente de pequeñas y medianas empresas (pymes), nada despreciables, según Natividad, pues son las que más empleo generan. Además, las empresarias son menos discriminatorias a la hora de contratar a otras mujeres, añadió. Las mujeres dirigen el 40% de las pymes de Estados Unidos y el 30% de las de la Unión Europea.
Los negocios montados por mujeres, aunque tengan menos envergadura, son más sostenibles porque los hombres suelen asumir más riesgos. Eso significa que pueden crecer más pero también hundirse más fácilmente, explicó la presidenta de la cumbre. Las mujeres de los países en desarrollo, por su parte, hacen gala de mayor imaginación para salir adelante.
Para Astrid Fischel, ministra de Educación de Costa Rica y vicepresidenta de este país en la anterior legislatura, la presencia de la mujer en la empresa se deja ver en que los empleados tienen más posibilidades de ascenso. En las grandes compañías, donde hay menos mujeres en la dirección, ellas fomentan la negociación porque están acostumbradas a ello.
Sigue habiendo reuniones de mujeres porque éstas aún no tienen acceso normalizado a ningún ámbito de la sociedad, incluidas las entidades económicas, explicó ayer Margarida Álvarez, presidenta del Institut Català de la Dona.
Adela Subirana, una de las tres mujeres entre 69 hombres del comité ejecutivo de la Cambra de Comerç de Barcelona, lo corroboró al denunciar que en la empresa privada no se hace justicia a la preparación de las mujeres.
«Con el currículum encima de la mesa no se elige a la persona más preparada si ésta es mujer», dijo. Subirana recordó que Fomento del Trabajo, la gran patronal, no tiene ninguna mujer en sus órganos de decisión. En el comité ejecutivo de Pymec-Sefes, la patronal de la pequeña y la mediana empresa, hay una mujer junto a 14 hombres.
Las mujeres que más alto han llegado en las grandes compañías españolas, salvo excepciones, lo han hecho por haber nacido en el seno de la familia propietaria: Casademont, Codorniu o Banco Santander, comentó Subirana.
La Coordinadora Feminista manifestó su rechazo al espíritu de la cumbre en un comunicado titulado «No queremos ser como las mujeres del poder», en el que critican que este lobby de mujeres no cuestione las desigualdades que genera la economía de mercado y se limite a hacerse fuertes en un sistema económico que, «por definición, excluye y perjudica a las mujeres».
Nota suministrada por gentileza de ASEM
Barcelona
MARÍA-PAZ LÓPEZ
Una idea, expresada en distintas palabras, ha permeado los coloquios de las 600 líderes de empresa y política reunidas estos días en Barcelona en la XII Cumbre Mundial de la Mujer: lobby, conexiones, creación de redes, apoyo mutuo… como forma de promover el ascenso de la mujer en los negocios.
«O estamos conectadas o no hay posibilidad de éxito global», resumió ayer en el cierre de la cumbre Maravillas Rojo, presidenta del vivero de empresas Barcelona Activa. «El lobby es la mejor herramienta para el éxito», dijo también Adela Subirana, presidenta del Grup Set de empresarias, que busca unir sociedad civil e institución pública.
Esta cumbre, que organiza la entidad estadounidense Globe Women y que se conoce como el «Davos de las mujeres», dejó en Barcelona datos que ilustran esa urgencia de lobbies femeninos. Según un estudio de Corporate Women Directors International, España, con sólo un 4,6% de mujeres en los consejos de administración, se sitúa por este concepto en el penúltimo lugar de las economías desarrolladas, seguida de Japón, con un 2%. Las diez primeras empresas españolas por ingresos no tienen una sola mujer en sus consejos de administración; entre las restantes, la escasa presencia femenina suele deberse a parentesco por ser empresas familiares.
Para alcanzar la igualdad en puestos directivos y de poder empresarial, las reunidas lanzaron ideas pro lobby y publicitaron iniciativas que ya dan buenos resultados. Una de ellas son los programas de mentoras para profesionales que empiezan, que ya existen en algunas empresas, «porque las mujeres tienen menos acceso al sistema informal de ‘mentores’, basado en hombres que se van de copas y hablan de fútbol», argumentó la ejecutiva australiana Ann Sherry.
En la misma línea, se pidió a las empresarias de la cumbre que acepten becarias en verano.
También se acordó crear un portal de Internet para interconectar a mujeres empresarias y fomentar negocios entre ellas, tras lo cual una empresaria minera de Zambia llamó a las asistentes a invertir en África. «En realidad, aquí se trata de mujeres ayudando a otras mujeres para ganar todas mayor espacio», dijo la filipina Irene Natividad, directora de la cumbre. El viernes, en apenas diez minutos, se recaudaron 10.000 dólares para que las mujeres afganas creen microempresas.
De la necesidad de mayor cuota de poder surgió la otra idea que ha permeado el congreso: crear una cultura de empresa que permita a las personas -hombres y mujeres- combinar vida profesional y personal. «Lo más importante es lograr un equilibrio entre las dos facetas -dijo Amparo Moraleda, presidenta de IBM España-, y se puede conseguir primando los resultados eficaces antes que la presencia física, horas y horas, en una oficina.» El único ponente varón de la tarde aseguró que es preciso trabajar «siete días a la semana» y una veterana empresaria de la audiencia le contestó que «eso es un horror».