¿Su empresa está en Internet?. Si la respuesta es afirmativa, la pregunta a seguir es, ¿está realmente aprovechando todas las ventajas que la red le ofrece?.
Y si su respuesta es negativa, ¿sabe cuántas oportunidades está perdiendo?.
Estos interrogantes los planteaba, hace unas semanas a un grupo de empresarios y cuanto me sorprendieron algunas de sus respuestas.
Al indagar, en el caso de los que sí poseían algún tipo de presencia en la red, recibí respuestas orientadas netamente a aspectos superficiales y poco comerciales, por el estilo de; porque está de moda, porque mi competencia ya lo hizo, porque me abrieron un email gratis, etc, pero casi todas ellas, sin un fundamento de marketing sólido o por lo menos con una visión de comercio planeada.
En el caso, de los que no se habían conectado todavía a la red, recibí respuestas no menos sorprendentes.
En su mayoría las asumí como causa del desconocimiento de la tecnología o por la falta de interés en actualizarse (característica negativa, muy común en algunos «ejecutivos»).
Algunas de ellas fueron: yo no creo necesitar internet, eso es para los ingenieros de sistemas, todavía no es tan popular, yo no vendo productos masivos, etc.
En fin, lo que deseo esbozar, es que tanto los primeros, como los segundos, desconocen las ventajas que Internet ofrece en los negocios. Por este motivo, mencionaré 3 de las más importantes herramientas que ofrece la red, a manera de abrebocas, con el fin de motivar el ingreso, de aquellos que todavía están «dudando» de las oportunidades que obtendrán, al conectarse a la red.
La primera herramienta es el correo electrónico o e-mail. Este nos da la ventaja de poder contactar, un número casi indefinido de personas u organizaciones, en cuestión de segundos, traspasando las fronteras físicas, con costos de comunicación generalmente, cien veces menores a los tradicionales. Igualmente, a través del mismo, podemos desarrollar estrategias como el e-mail marketing, en donde se pueden construir o alquilar bases de datos ya segmentadas, para enviarles propuestas, brochures o publicidad.
Como ejemplo podemos decir que a través del correo electrónico, puedo enviar más de mil mensajes personalizados, realizar un control de la veracidad de la dirección electrónica y recibir retroalimentación de las cuentas, todo esto en cuestión de segundos, a costos de una llamada local.
En cambio en un sistema tradicional de correo directo, aparte de incurrir en los costos de papelería, equipos y mensajería entre otros, tendré la certeza de su recepción en unos 2 ó 3 días, en el mejor de los casos.
Nuestra segunda herramienta, son las tan mencionadas páginas web o web sites. En ellas podemos mostrar desde la presentación de nuestra compañía, listados de precios, productos, hasta llegar a crear inclusive completos puntos de encuentro para cibercomunidades, todo ello con la combinación de fotografía, video, música, textos animados y otros efectos de interactividad, que según cada tipo de web se pueden implementar.
Cabe resaltar, que no debemos abusar de los mismos, pues existen ciertas «reglas» al diseñar una página web, que debemos seguir y sin necesidad de frenar, nuestra creatividad.
En sí, tal vez la mayor importancia de una página web, es la posibilidad que tiene de ser consultada por más de cientos de millones de usuarios en el mundo, que yá están conectadas a la red. Como quien dice, si tu mercado antes de Internet, era Bogotá, después de conectarte, puede ser París, Miami, Lima, Buenos Aires, Taiwán o cualquier lugar del mundo, donde exista un usuario con acceso a la World Wide Web (www).
Pero, debo comentarles antes, que requerimos de estrategias para lograr que visiten nuestras páginas, porque no crean (no es por desilusionarlos), que al subir sus webs, comenzarán a llegar los cientos de millones de visitantes de los que hablaba.
Para lograrlo seguramente se requerirá de horas de trabajo con los motores de búsqueda, aplicación del e-mail marketing, inclusión en listas de discusión, publicidad en medios Internet y tradicionales y en fin toda la promoción del sitio web.
La tercer herramienta es el e-commerce o comercio electrónico, utilizada a través (en su mayoría) de las páginas web. Esta es la posibilidad que le damos a nuestros visitantes, de poder comprar y pagar nuestros productos en línea, generalmente con una tarjeta de crédito o una transferencia bancaria.
Con esta implementación, en cuestión de minutos a través de nuestros sites, su empresa puede vender, ordenar el despacho de mercancías, recibir la transferencia desde la cuenta del cliente a su cuenta bancaria y además controlar sus inventarios. Imagínense, el ahorro en tiempo, recursos físicos, tecnológicos y humanos y a la vez el aumento de nuestra base de clientes, ya que la comodidad de las tarjetas de crédito, están más que comprobadas.
En resumen; para los que ya están en la red, les recomiendo comenzar por evaluar su ubicación en motores de búsqueda, controlar sus accesos (estadísticas), realizar e-mail marketing (no confundir con spam), analizar la efectividad en el logro de contactos, revisar el diseño y programación de las webs en aspectos como; velocidad, rapidez, compatibilidad, fidelización de usuarios, claridad y motivación a la venta, entre otros.
Y para aquellos que aún no tienen ni siquiera un email y menos aún presencia en la red, es recomendable comenzar por; capacitarse, cotizar servicios de conexión, hosting y diseño de webs. Obviamente, también deberán revisar a profundidad su plan de mercadeo (estratégico y operativo), porque de seguro deberá incluir a la Internet dentro del mismo.
Sólo me queda por dejarles el siguiente interrogante. ¿Cree que su empresa sobrevivirá al ritmo de los mercados de hoy, sin tener en cuenta, la red internet?.