Raquel Alcázar es, a sus 32 años, Directora Financiera de Weber Shandwick ibérica, empresa multinacional de consultoría lider en comunicación y relaciones públicas.
En lo profesional, avanza con paso firme, movida por el deseo de aprender y de afrontar nuevos retos.
La entrevista
Marta Gracía: – ¿A qué se debe que ocupes un puesto tan alto siendo tan joven?
Raquel Alcázar: – Me divierto y disfruto con lo que hago. Las responsabilidades no me agobian. Tuve la suerte de que se presentara una oportunidad y no la dejé pasar.
Siempre he confiado en mí misma y sé que mi sentido de la responsabilidad y mi constancia dan buenos resultados.
Supongo que la empresa valora sobre todo mi capacidad para hacer frente a las adversidades sin perder la sonrisa, mi transparencia y mi honestidad. Pienso que los contenidos técnicos se pueden aprender pero que la actitud se ha de tener.
M.G:- ¿Qué valor atribuyes a la suerte en el éxito profesional? – Ante la buena suerte o la mala suerte, la respuesta ha de ser la misma: esforzarse por convertirla en una oportunidad para crecer y mejorar.
La suerte está ahí pero la actitud depende de nosotros. Las oportunidades se presentan pero hay que saber seleccionarlas. Las alternativas, en cambio, se buscan y siempre habría que tener al menos una disponible. Una actitud positiva es el primer paso hacia el éxito.
M.G:- – ¿Consejos para las jóvenes que se incorporan al mundo laboral?
R.A.- Que disfruten con su trabajo, que utilicen las herramientas de gestión empresarial para desarrollar su propia vida, que reflexionen acerca de dónde quieren estar en unos años y planifiquen los pasos que deberán dar para conseguirlo. Finalmente, que no se dejen llevar por el día a día, que vigilen su estado de ánimo y piensen que cada uno es el responsable último de su propia motivación.
M.G:-– ¿Hay una manera femenina de gestionar?
R.A.- Sin lugar a dudas. En cualquier situación, las mujeres intentamos comprender cual es el asunto a tratar -prefiere hablar de «issues» más que de problemas-, escuchamos a las distintas partes, decidimos, actuamos y cerramos el tema. Opino que a nivel directivo la mujer escucha más que el hombre y que, en general, somos más tenaces y tenemos mayor capacidad para estar en varios frentes a la vez.
M.G: – ¿Tienes personas a tu cargo? ¿Cómo logras motivarlas?
R.A.- Tengo a mi cargo un equipo maravilloso y responsable. Creo que la motivación se mantiene viva porque afrontamos nuevos retos profesionales y porque cada miembro sabe de la importancia y el valor de su trabajo. Pienso que hay que comunicar mucho lo bueno y lo malo y saber que, cuando surgen reacciones emocionales, hay que tratarlas como tales.
M.G:– Un día de trabajo cualquiera ¿Cómo gestionas tu tiempo?
R.A.- Soy madrugadora y si tengo exceso de trabajo no me cuesta llegar a las 8:00 al despacho. Mi hora de entrada son las 9:00, intento comer en casa -vivo a diez minutos de la oficina- y trabajo hasta altas horas de la noche.
Dispongo de flexibilidad total para poder trabajar algún día desde casa si necesito hacerlo siempre que se pueda contactar conmigo a través del móvil. Gestiono mi tiempo planificándome al máximo -a semana/mes vista- y fijando objetivos diarios alcanzables.
M.G: – ¿Puedes conciliar tu cargo con tu vida familiar y social?
R.A.– No he tenido ningún problema en compatibilizar mi horario con el de mi marido porque él también trabaja hasta tarde. Tengo pocos pero buenos amigos con una vida similar a la mía, por lo cual a veces tenemos que sustituir un café por una llamada.
M.G: – ¿Has vivido en el extranjero? ¿Qué te ha aportado esa experiencia?
R.A.– Cuando llegué a Londres pasé penurias porque no tenía dónde vivir y no conocía a nadie en la ciudad. Compartí casa con gente que entonces no conocía pero con quien hoy mantengo una valiosa amistad.
Vivir fuera de tu hogar es duro y te obliga a formar una familia alternativa. Aquella experiencia me enseñó el significado de la palabra tolerancia -para compartir espacios y comprender culturas y hábitos diferentes -.
Desde el punto de vista profesional fue también enriquecedor: coordiné por primera vez un equipo de cinco personas, trabajé como diseñadora de una plataforma informática, aprendí qué es la gestión del conocimiento, comencé a hablar en público ante señores rondando los cincuenta que veían con recelo este tipo de proyectos y tuve la oportunidad de trabajar en Ámsterdam y París.
Perfil
Se llama Raquel Alcázar. Tiene 32 años, es casada y está esperando su primer bebé.
Entró en WS como «controller» pero no tardó en hacer suyo el proyecto de la compañía y en asumir día a día mayores responsabilidades hasta alcanzar el puesto que hoy ocupa. Su próxima maternidad no le preocupa, cree que «Gonzalo» le obligará a organizarse bien. «Si hay tareas pendientes habrá que conectarse después de los baños y cenas.»
Estudió Ciencias Empresariales en la Universidad Autónoma de Madrid y durante el último año de carrera compaginó sus estudios con unas prácticas en IBM.
Una vez licenciada, ha trabajado sucesivamente en Open Systems como contable y consultora de un paquete financiero, en ABN Amro Londres, participando en un proyecto de gestión del conocimiento y en St. Jude Medical España, hasta llegar a Weber Shandwick Ibérica, empresa multinacional de consultoría en comunicación y relaciones públicas, donde hoy es Directora Financiera.
Domina el inglés y el francés y tiene también conocimientos de alemán. Disfruta con los viajes, la decoración y practica la hípica.
Ping-Pong
Mayor reto: Ser madre.
Mayor virtud: La alegría.
Mayor defecto: La exigencia.
Un libro: Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda.
Una película: Con faldas y a lo loco, Delicatessen.
Una canción: Woman, de Neneh Cherry. Escucho de todo pero en los viajes prefiero Frank Sinatra.
Un modelo a seguir: Profesional: Amparo Moraleda. En la vida: mi madre.
Un lema: Disfrutar al máximo de cada momento porque la felicidad es la suma de los que momentos que vivimos intensamente. Un placer cotidiano: La conversación durante los diez minutos del desayuno.
Una aspiración: Convertirme en una mejor profesional y en una mejor persona.
Espero de FEDEPE: Formación como ejecutiva y comunicación con profesionales con metas similares de quienes pueda aprender.