El inicio de un año suele estar colmado de innumerables propósitos y objetivos. De alguna manera, todo aquello que no pudo concretarse en el año que ha finalizado, parece posible a la luz del nuevo comienzo.
Sin embargo, para que los nuevos o “reformulados” propósitos lleguen a buen puerto, resulta de utilidad tener presentes algunos hechos y factores que contribuyen a dibujar con mayor claridad los contornos del territorio de la empresa de familia y la interacción entre sus integrantes.
Es por ello, que, como representante de la nueva generación en una empresa de familia, comparto con Uds. las siguientes reflexiones.
La empresa de familia
Los lazos de sangre
Los lazos de sangre no garantizan la capacidad de gestión, ni la formación o el know how suficientes como para desempeñarse en la empresa de familia. El parentesco no garantiza un sueldo de por vida.
Para que una empresa u organización crezca es necesario que sus integrantes tengan la formación necesaria para llevar adelante el proyecto. En mi caso particular, esto ha implicado trabajar para otras organizaciones para luego regresar al proyecto familiar con la capacidad suficiente de asumir responsabilidades.
Los roles empresarios
Los lazos de sangre son, efectivamente, inalterables, pero nuestro rol de hijo/a, hermana/a, esposo/a de, puede –debe- separarse del rol empresario que se ocupa dentro de la estructura de la organización.
Los diferentes tipos de espacio
Hay muchos “tipos de espacios” para ser ocupados por los integrantes de una familia y desde los cuales se puede aportar, enriquecer, opinar, construir y crecer, no necesariamente desde el lugar de la sucesión, y todos bajo un mismo proyecto.
La incorporación de personas ajenas a la familia
En la empresa hay lugar para los que son de la familia y para los que no lo son. Un error común es creer que cualquier posición puede (o “debe”) ser cubierta por algún miembro de la familia que quizás hasta ahora no se ha involucrado en el proyecto.
Sin embargo, en muchas ocasiones la solución para cubrir una posición no está dentro de la familia, sino fuera de ella. Incorporar a personas ajenas a la empresa familiar, con la adecuada formación profesional puede ser el mejor acierto.
El parentesco y la retribución monetaria
El parentesco es un lazo que en ocasiones promueve confusiones entre las cuestiones afectivas y las meramente monetarias. Hay quienes creen que, por ejemplo, no es posible mantener con un hijo/a una relación que además involucre el dinero.
Las retribuciones en la empresa de familia deben ser, en primer lugar, equitativas, sin privilegios, y acordes con la capacidad de cada uno de sus integrantes. La retribución monetaria no reemplaza el lazo afectivo o viceversa.
La Importancia de la Planificación
La planificación es una herramienta vital que permite optimizar el tiempo y los recursos. Es habitual que las generaciones fundadores crean que planificar es sinónimo de perder tiempo, en lugar de ganarlo.
Sin embargo, al planificar, logramos mejorar los resultados, reducir los márgenes de riesgo y, fundamentalmente, de aprender a mirar a largo plazo.
La planificación no hace las veces de una camisa de fuerza, sino que se trata de una herramienta flexible, que permite adecuar los objetivos en función de los acontecimientos externos.
El Recambio Generacional en la Empresa
Puede resultar complejo conjugar la energía menguante de las generaciones fundadoras con la efervescencia de las nuevas generaciones. Los primeros sienten que se pierden de algo. Los segundos, que el tren debería ir más aprisa.
Lo importante es encontrar una “velocidad intermedia” que permita pensar, idear y crear una forma de prever profunda y comprometida, que incluya a todos, los que se van y los que se quedan.
Conclusiones
Mi propuesta para este 2011 es la de tomar como punto de partida un análisis a conciencia de todos los obstáculos que se debieron sortear para luego, comenzar a vislumbrar todos los beneficios que la previsión y la prevención nos puede aportar.
De este modo, será posible recorrer un camino consensuado y, fundamentalmente, planificado con compromiso y a conciencia.