La ciudad de Petra está a unas 4 ó 5 horas de carretera al sur de Amman, capital de Jordania, y unas dos horas al norte de Aqaba, puerto jordano sobre el Mar Rojo. Está enclavada entre cerros que le brindaron protección contra los invasores, en el desierto montañoso de Wadi Araba.
La friabilidad de las areniscas permitió a los constructores literalmente tallar su ciudad en esta roca, cuyos colores son variadísimos: amarillos claros, blancos, rosas y rojos de distinta intensidad alternan con azules.
Así se originaron templos, tumbas (como la del soldado romano, que se aprecia a la derecha), esculturas diversas y hasta un anfiteatro.
Un poco de historia
La tribu nómade de los nabateos se asentó en en área hace más de 2000 años y cimentó las bases de un imperio comercial que se extendió hasta Damasco e incluyó parte del desierto del Sinaí y del Negev.
Controlaron el tránsito de caravanas de la antigua Arabia (pavada de negocio)
Pero, finalmente, cuando su poder y prosperidad fueron evidentes, los romanos los anexaron a su imperio (106 AD) como la provincia romana de Arabia, con Petra como capital y se les acabó el negocio.
Pues una vez que los romanos tomaron el control de las rutas comerciales, el declinamiento de la «ciudad rosa» fue inevitable.
Perdida para el mundo occidental, Petra fue descubierta en 1812 por el viajero suizo Johann Burckhardt quien llegó a las ruinas gracias a su guía beduino. No obstante, fue recién en 1924 que dieron comienzo las excavaciones en este imponente sitio.
Cómo llegar a Petra
Depende desde donde uno parta, por supuesto. Si se llega a Jordania por avión, entonces el viaje a Petra se hará desde la capital del país: Amman. Llegar a Wadi Musa (localidad moderna) es muy facil.
En auto, tomando por la carretera del Rey se demora no más de 4 ó 5 horas. Si se llega desde Israel por tierra, el paso más recomendable es Eilat-Aqaba o el puente Allenby/King Hussein.
Yo personalmente llegué a Jordania desde Egipto, cruzando el golfo de Aqaba en un barco que parte de Nuweiba (península del Sinaí) y llega al puerto jordano de Aqaba.
La primera cosa que uno debe saber es que hay dos barcos, uno grande que sale temprano y tarda muchíiiissssimo y uno más chico, sólo de pasajeros que hace el viaje en la mitad del tiempo (¿adivinen cuál tomé?). El precio del boleto es de 110 EP (usa un convertidor de divisas, que para eso está). El barco sale de Nuweiba pero es mejor pasar el día anterior, o la noche anterior en Dahab, que está muy cerca y donde es fácil encontrar lugar para dormir.
Nuweiba es un lugar de hoteles-resort, todos 5 estrellas. En fin, llegar a la noche tarde y pretender alojarse es una aventura. Resumiendo, si no tienes reserva segura en Nuweiba, instálate en Dahab, parte el día del viaje a las 8 ó 9 de la mañana hacia Nuweiba (puede hacerlo en taxi o en colectivo por una cifra ridícula) y embarca al medio día en el barquito. Vas a estar mejor por menos dinero.
Una vez en Aqaba, tienes dos opciones: quedarte a dormir o partir inmediatamente para Wadi Musa.
Eso depende de cuantos días tengas.
Si permaneces en Aqaba, aproveche el día siguiente para pasear por la ciudad, que dicho sea de paso, es preciosa, ya que llegar a Petra al medio día no te va a servir de mucho.
El tramo Aqaba-Wadi Musa puede hacerse en micro o taxi. Alquilar un auto no es muy caro, pero es desgastante negociar el precio con los choferes.
Ya nomás, a la salida del puerto -imposible disimular la cara de turista en un país árabe, excepto que decida ponerse chador- tendrás que discutir con un tumulto de conductores en busca de pasajero. Aunque no quieras tomar un taxi, tendrás que hacérselos entender…. en árabe. El viaje en taxi me costó 15 dinarios. No es tanto si se considera que son casi 3 horas de carretera.
Mr Mohamed
Mi chofer merece un acápite aparte. Me interceptó en el puerto y me ofreció un buen precio. Lo que yo no sabía es que los choferes del puerto tienen que estar acreditados. ¿Qué pasó? A la salida, la policía me obligó a cambiar de coche para ir hasta la ciudad de Aquaba (precio del taxi compartido: 2 dinarios),… no importa que yo no quería ir a Aqaba… terminé con mi mochila al hombro en la ciudad de Aqaba tratando de arreglar otra vez -y no es facil- precio para ir a Wadi Musa, hasta que, como en las películas, detrás de un árbol, apareció Mohamed (¡qué inocente! ¡Por un momento pensé que se había resignado a perder un cliente!) y, ahí si, partimos a Wadi Musa.
La lucha fue desigual. Para esas horas, yo estaba bastante cansada, en tanto que él parecía fresco como una lechuga tratando de venderme cualquier cosa que quisiera… o que no quisiera.
Adivinen quién ganó. Me llevó al hotel de su familia (o socios, vaya uno a saber), me paseó los días que estuve en Wadi Musa, me llevó de vuelta a Aqaba e, indefectiblemente, puso cara de «camello afligido» (ocurrencia de mi amiga Natalia Bas) cada vez que estábamos a punto de terminar un paseo, sugiriendo en un inglés arabizado que no le convenía el arreglo, que habíamos tardado más…
La estrategia es común y hay que estar preparados. Una buena medida es llorar más fuerte y jamás ceder, al menos en el primer viaje. De lo contrario, terminará gastando más que si hubiera viajado en limusina.
Ojo con el regateo: hay que llorar más fuerte Y jamás ceder – al menos en el primer viaje –
Dónde alojarse en Petra
En honor a la verdad, el alojamiento en el hotel Cleopatra estuvo bien. Sencillo, limpio y económico. La simple con baño privado y desayuno me costó 20 dólares. Hay que tener en cuenta que había poca gente y que Wadi Musa es una pequeña ciudad con una capacidad hotelera muy grande. Hay para todos los gustos: de 5 estrellas a menos de media.
El más lindo, para mi gusto, es el Petra Plaza (5 estrellas) que tiene vista sobre la ciudad arqueológica misma, pero también, en esta categoría, están el Mövenpick, el Panorama, el Nabatean Castle, entre otros. Con una estrella menos, tiene el Petra Forum, el Grand View, el King’s Way y muchos más.
La ciudad rosa
El sitio arqueológico está abierto de 6 de la mañana a 6 de la tarde (entiende porque le decía que no valía la pena llegar al medio día). Las entradas se venden para uno, dos o tres días (ticket de 1 día = 20 dinarios). ¿En cuánto tiempo se recorre? Depende de la edad, del estado físico y, por supuesto, del grado de detalle con el que cada uno quiera ver las cosas. Hay, sin duda, material para estar las 12 hs caminando los tres días.
Se ingresa por un desfiladero de 1,20 km que se va estrechando (Indiana Jones III) y que se abre abruptamente a un anfiteatro en el que se ubica el edificio más deslumbrante de toda la ciudad (The Treasury) que es, en realidad, una tumba.
Para no perderse en Petra
Como les decía, ver la ciudad completa puede tomar más que los tres días pero puede hacer un circuito razonable en un día (de no menos de 10 hs).
1. A la entrada los Djinn Blocks
Mucho antes del desfiladero (unos 400 metros antes) te vas a encontrar sobre tu derecha con tres monumentos macizos de función todavía muy discutida. Podrían haber sido tumbas o monumentos de adoración a Dushara, dios nabateo. Son los Djinn Blocks. Los beduinos dicen que eran viviendas de los djinns, que es como llaman a los genios o fantasmas.
2. Tumba de los obeliscos
Llamada tumba de los obeliscos por tener cuatro obeliscos en la parte superior del monumento (vale aclarar que el obelisco es un símbolo funerario nabateo) y debajo de ella se encuentra el Triclinium Bab-Al-Siq (el triclinium es un diseño clásico nabateo que se compone de tres cuartos excavados en la roca).
Este complejo, situado en una meseta a la entrada del Siq, es poco visitado, incluye el Triclinium que es el monumento fechado más antiguo de los nabateos de Petra, varias cisternas, una cámara con 10 tumbas y 50 fosas cavadas en la roca.
3. El desfiladero o Siq
Si viste la película de Indiana Jones, sabés de qué hablamos.
En árabe Siq significa pozo o garganta.
Se trata de una garganta de 1,2 km de largo que se va haciendo cada vez más encajonada entre paredes de 100 m de altura.
Fotos secuenciales del desfiladero al fondo del cual se encuentra el Tesoro (en la de la derecha se encuentra nuestra arqueóloga).
A ambos lados del camino es posible ver muchos nichos con ídolos y tubos de terracota y del canal excavado en la roca que son los restos del acueducto que llevaba el agua potable a la ciudad.
4. El Tesoro (Al Khazneh)

Aparece abruptamente al final del desfiladero. Aunque lo haya visto en la película de Harrison Ford, igual te quedarás sin habla.
Se trata de una fachada de 30m de ancho y 43 de alto. Data del primer siglo AC como tumba para un rey. Algunos investigadores creen que fue reutilizado como templo.
5. Lugar alto del sacrificio
Acá hay que subir un rato por senderos y escaleras. Es bastante cansador pero vale la pena. La vista es ESPECTACULAR. En la cima, además del altar, pueden verse dos obeliscos de 7 m de altura que representan a los dos dioses más importantes: Dushara y Al ‘Uzza.
6. Calzada de las fachadas y Teatro
Cuando bajás, y después de tomarte un tecito en uno de los numerosos quioscos beduinos, puedes seguir por esta calzada. Básicamente se trata de tumbas que serían de origen asirio.
La calzada te lleva al teatro que tiene capacidad para 7000 personas. Fue construido originalmente por los nabateos y posteriormente fue ampliado por los romanos.
7. Tumba de Uneishu
Ubicada frente al teatro.
8. Calle de las columnas
Aquí usted está en el centro mismo de la ciudad. Aquí estuvo el mercado, con negocios y casas. También puede verse en nymphaeum (fuente pública). Ni que decir que el empedrado es romano. Al final de la calle está la Puerta de Temenos que marca la entrada de al patio del Templo de Dushara.
9. Templo de Dushara. (Qasr al-Bindt Firaun)
Es la única estructura que no está cavada en la roca. Ha sido restaurado.
10. Templo del león alado
Frente al anterior. Ambos fueron reutilizados en época romana, posiblemente para el culto de Apolo y Artemisa y, posteriormente, en época bizantina, para culto cristiano.
11. Museo
Puede hacer un alto, tomarse otro tecito, y entrar en el museo que se encuentra justo enfrente.

El moderno edificio inaugurado en abril de 2019 expone más de 300 hallazgos arqueológicos de Petra y la región desde la Edad de Piedra, centrándose específicamente en la época nabatea y romana.
Los textos en los carteles de exposición no dejan de informar al visitante que el nombre que los nabateos daban a su ciudad era «Raqmu» y que «Petra» es la forma griega.
La entrada es gratuita.
Video: Recorrido por Petra
La UNESCO declaró a Petra Patrimonio de la Humanidad desde 1985, e integra la lista de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo desde 2007.