Lo dije antes y lo repito ahora: No todos los negocios son buenos negocios.
Mucha gente, particularmente cuando están comenzando o, cuando la economía está en baja están tan «hambrientos» de conseguir nuevos clientes (y los dinerillos que surjan de eso) que pierden de vista lo que les sirve, lo que los satisface.
Pienso que, de alguna manera, mucho de nosotros, nos sentimos compelidos a construir esa bendita base de datos a toda costa y tratamos de ser todo para todos, perdiéndonos en el proceso.
Piense en los clientes que ha desarrollado a lo largo de los años. Si es nueva/o en la actividad, piense en los negocios de la gente en la cual está interesada en tener como clientes.
Estoy segura que mucha de esa gente debe ser (o seguramente será) un encanto para trabajar.
La/o honraran como profesional, estarán encantadas con su servicio y la/o recomendarán entre sus muchos amigos y colegas. Ese es el tipo de gente con la que todos queremos hacer negocios.
A menudo nos enfrentamos a clientes muy demandantes: los que llegan tarde a cada entrevista, los beligerantes, las victimas profesionales, los que pretenden que saltemos a través de cada aro imaginable y, mis favoritos, los que no pueden decidir nada.
Admítalo (nadie está mirando). Irá tras sus negocios en algún momento, ¿no es así? haciendo ahora, porque es «hambienta» y porque alguien en el camino (tal vez un gerente de ventas o hasta su propio crítico interior) le dijo que el éxito es un juego de números. Cuanto más clientes, más dinero, más éxito.
Bueno, no estoy muy segura de concordar con eso. Cada día elijo calidad sobre cantidad. Ya verá, es muy simple: la calidad atrae la calidad.
Cuanto más encajen usted y su cliente, mejor trabajarán juntos y mejor serán los resultados producidos.
He construido mi negocio en base a las recomendaciones que hacen mis clientes conformes, y seguramente usted también lo hará, si comprende lo que considero la clave en hacer crecer cualquier negocio: saber quién es usted y haciéndose honor a si misma/o.
Es muy simple, sin embargo, no es fácil de hacer. Atrayendo el tipo de gente que se sentirá tan contenta trabajando con usted, como usted con ellos.
Entonces ¿quién es USTED y qué quiere conseguir? ¿qué la hace especial? ¿Qué es importante para usted? ¿Qué espera obtener? ¿hasta dónde piensa llegar? ¿Qué puede aportar a la mesa? ¿Qué la incentiva y qué la saca de quicio?
En lo que respecta a valores, todos tenemos cosas que valoramos por encima de otras y estas son diferentes para cada ser humano.
Para algunos es la familia, para otros es, quizás, una vida dedicada al apredizaje, para otros la amistad, el compañerismo, la libertad, la integridad o la salud. única para cada persona. Sin importar cuales sean para usted esos valores ¿cuántas de nosotras/os verdaderamente nos tomamos el tiempo de «honrarnos» a nosotras/os mismos como valor?
Cuando nos damos cuenta que somos un valor en nosotras/os mismas/os y además una apreciada colección de ellos para cualquiera que entre en contacto con nosotras/os, entonces perdemos el «hambre» de hacer negocios con todos los que se nos crucen en el camino.
En cambio, naturalmente comenzamos a sentirnos atraídas por gente y proyectos que nos hacen honor por lo que somos, por las habilidades que tenemos, por la libertad que le ofrecemos a nuestros clientes al reducir su carga con nuestra experiencia. Atraídas por ese tipo de clientes y proyectos, ¡oh sorpresa, esos clientes son atraídos por nosotras/os!
Todas y cada una de nosotras/os somos un valioso agregado en el tejido de la humanidad de alguna manera única. Lamentablemente, la mayoría no nos tomamos el tiempo para pensarnos de esa manera y terminamos haciendo cosas importantes para los demás y descuidádonos en el proceso.
A menudo nos perdemos completamente y descendemos en el autodestructivo «agradar a los demás». ¿Le suena familiar?
Por otro lado, cuando nos hacemos honor a nosotras/os mismas/os, tan seguro como que la noche sigue al día, los otros nos horrarán a su vez. Cuando dirigimos nuestros negocios en nuestros propios términos, encontraremos satisfacción, realización, balance y la felicidad que surge de tratar con gente, porque es lo que elegimos, no lo que tenemos que hacer.
Conclusiones
Cuando se interrogue sobre las ventajas de trabajar con ciertos clientes o aceptar un nuevo proyecto, vuelva a sus valores como guía y pregúntese a si misma/o si está honrando el valor más importante de todos: USTED.
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