En estos últimos tiempos he tenido muchísimas consultas con relación a este tema específico, (aparte del relacionado con mala praxis de psicólogos, arquitectos, etc., pero mas que nada, de abogados) el cual no está creo yo tan popularizado con el de mala praxis médica entre la gente.
Distintas personas creen que estamos «corporativizados» (como corporación de abogados) y por tanto ningún abogado le reclamaría a otro, o que es difícil de ganar o que este luego nos remandará.
Lo cierto es que lo ideal es que estuvieran asegurados en su Responsabilidad Civil para que frente a un reclamo, responda su seguro, pero en general el abogado no está consciente del error, y como en el médico, no cree que le pueda pasar o bien, ni se le ocurrió pensar en el seguro.
Un error reconocido y más frente y en un juicio, que sentará antecedente (para la justicia y el abogado) no es recomendable y por esto en general estos casos se arreglan en mediación, (y esto no queda registrado) aunque la vergüenza es grande para el profesional, formando parte de la idea de que no se equivocan, lo cual nos convertiría en algo así como semidioses, y no lo somos.un error no hace a un mal profesional, ni abogado, ni médico, y sería maduro asumir el error.
El abogado es un profesional formado para asesorar y defender al cliente (abogar = defender), y en virtud de esto, quienes no dignifiquen la profesión desde este lugar y colaboren para que tantos y tantos clientes desconfíen de nosotros sin conocernos, serán pasibles de ser reclamados en su error, y por tanto deberán hacerse cargo de los mismos.
¿Cómo? Resarciendo a su cliente por lo que dejó de percibir por su culpa o ganó de menos o perdió, y dado que muchas veces no se puede retrotraer al estado anterior de las cosas (por Ej. retomar a un empleado despedido) esto se logra resarciendo económicamente a ese cliente. ¿Qué monto? El que no se ganó (lo que denominamos pérdida de chance) mas el daño moral según el caso.
La chance es la posibilidad cierta que existe para ese cliente de haber ganado el juicio, eventualmente con un buen actuar del abogado, hubiera ganado el cliente, si ciertamente no tenía posibilidad de ganarlo, entonces esa chance desaparece en parte o toda, y el abogado solo responderá por lo que hubiera ganado, no por todo lo reclamado, y si no tenía posibilidad de ganarlo, entonces no abonará nada, por increíble que parezca, salvo padecimientos ajenos del cliente y a considerar.
Es lógico también en esta órbita de cosas, que parte de las consecuencias que debe enfrentar el profesional sea desistir de los honorarios regulados en ese juicio perdido , se haya terminado o no, se haya ganado o no, el juez regulará honorarios para todos los profesionales intervinientes, y aunque parezca insólito, estos abogados (que, remarquemos, siempre saben cuando actuaron mal) los quieren cobrar.
Antes de cualquier reclamo, habrá que estudiar concienzudamente la prueba y la actuación del profesional, lo que generalmente está aunado en el expediente judicial, para lo cual, sería interesante pedir su reserva, para que no sufra pérdidas o extravíos convenientes.