¿A qué hora hizo su primera llamada de ventas hoy? ¿Y ayer? Recuerde, su día de ventas empieza con la primera llamada que usted hace a un prospecto o a un cliente.
La actividad de preparación, el papeleo y la charla al lado del expendedor de café con un colega no hacen avanzar el día de ventas.
Considere una agenda que lo comprometa a usted y a su equipo a hacer contactos, ya sean telefónicos o cara a cara, con prospectos y clientes lo más pronto posible en el día, antes de parar para almorzar.
Al volver del almuerzo, otra vez a hacer contactos.
Si el trabajo administrativo, las reuniones internas o cualquier otra actividad que no sea vender no puede hacerse fuera de las “horas de hacer dinero”, postérguelas para la última hora del día.
Con este enfoque usted va a minimizar la posibilidad de que sus actividades “no vendedoras” interrumpan su irremplazable tiempo de ventas y limiten sus posibilidades de aumentar sus comisiones.
Y ya que estamos, vaya un paso más lejos…
Una vez que usted haya finalizado sus actividades de última hora, haga una llamada más; de esa manera va a crear unas 220 oportunidades de venta adicionales cada año.