NUEVA YORK, Estados Unidos, JUNIO 5, 2000.- El presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, el embajador Theo-Ben Gurirab de Namibia, recibió el Informe Global Alternativo que elaboraron las organizaciones no gubernamentales y aseguró que todos los delegados oficiales recibirán una copia del mismo para que las demandas de la sociedad civil sean tomadas en cuenta en las negociaciones, en este proceso final de revisión de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.
El embajador de Namibia, al recibir el informe global, se comprometió a entregarlo a los países, porque aseguró: «la voz de la sociedad civil, debe ser tomada en cuenta» al exhaltar la labor de las organizaciones no gubernamentales que han reconocido la causa de los movimientos sociales, y han logrado que las «dignas causas de Naciones Unidas se conozcan en el mundo».
Dijo que así como fue posible la independencia de Namibia, cuyo movimiento estuvo fuertemente apoyado por la sociedad civil organizada en los años ochenta, también el mundo será testigo en este milenio de la independencia de las mujeres.
El Informe Global Alternativo de las ONG, conjunta 116 informes incluidos 15 regionales, 59 nacionales y 14 temáticos, y hace un llamado a los países sobre la creciente pobreza de las mujeres en todas las regiones del mundo.
No obstante y sin importar de qué región del mundo vengan las mujeres a la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas, la demanda es la misma: ¡Basta!, las cifras de las desigualdades y la discriminación que millones de mujeres viven en el mundo, continúan aumentando, revela el Informe Global Alternativo. Además destaca la demanda generalizada en contra de la guerra y la carrera armamentista, la creciente pobreza de las mujeres, la intolerancia religiosa y fundamentalista en confllictos armados, y el llamado de la mitad de la población, es eliminar la violencia.
Joana Foster de Africa señaló que uno de los obstáculos centrales de la puesta en práctica de la Plataforma de Acción Mundial en la región, es justamente el tema de las contradicciones.
Foster enfatizó que si bien la PAM señala los compromisos asumidos a favor de la mitad de la población, éstos no pueden llevarse a la práctica porque, la mayoría de los países no cuentan con recursos económicos; el VIH/Sida en la región africana no puede verse de la misma manera como se ve en cualquier otra región del mundo, porque «aquí afecta mayoritariamente a las mujeres».
Dijo que dos millones de africanos y africanas han muerto en los últimos cinco años como consecuencia de los conflictos armados y el número de refugiados aumenta todos los días.
Por su parte, las representantes de Asia Pacífico, Eileen Pittaway y Pan Raiput, demandaron de los gobiernos reunidos en la sede de las Naciones Unidas, «acciones más que palabras». Señalaron que en el sur de Asia, el tráfico de mujeres y niñas se ha incrementado, así como la carrera armamentista.
En Asia Oriental el sistema electoral impide a las mujeres acceder a un cargo de elección popular y no existen legislaciones para prevenir y castigar la violencia en contra de las mujeres, dijeron.
Y agregaron que en la Europa del Este, las privatizaciones, los conflictos armados y la falta de capacitación para el trabajo, son los ejes centrales de las desigualdades y la brecha de inequidad que separa a las mujeres del desarrollo y disfrute pleno de sus derechos humanos.
Al hacer uso de la palabra, la representante de Canadá, Elizabeth Philipose, propuso que los gobiernos que han impulsado las políticas económicas neoliberales asuman su parte de responsabilidad, sobre todo a favor de las personas que se han visto obligadas a emigrar de su lugar de origen, porque no cuentan con oportunidades de desarrollo.
June Zeitlin, quien habló en representación de las ONG de Estados Unidos, hizo una dura crítica a su gobierno porque 20 años después de aprobada la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación en contra de la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), no ha sido ratificada por el Senado norteamericano, a pesar de que esta demanda es uno de los compromisos asumidos por todos los gobiernos hace cinco años.
Finalmente, las representantes de las organizaciones no gubernamentales de América Latina y el Caribe señalaron que las políticas a favor de la igualdad y la equidad entre los hombres y las mujeres requieren de compromisos al más alto nivel político y la asignación de recursos económicos.
Sin embargo, en los últimos cinco años ha prevalecido la focalización de escasos recursos, ya sea a través de las oficinas de la mujer o para programas específicos de salud, prevención y atención de la violencia, lo que evidencia la falta de voluntad política para adoptar la Plataforma de Acción Mundial.