Estrategias para el cambio
Voy a apuntar algunas de las ESTRATEGIAS que a mi modo de ver deben desplegar las mujeres para posibilitar no sólo el acceso de la mujer a puestos directivos si no su visibilidad, su puesta en valor, y lo que es más importante un cambio cultural que lleve a los hombres a ver el mundo con ojos y corazón de mujer.
- Creación de redes
- Mentoring y Programas de mentorado
- Liderazgo transformacional
Creación de Redes de Networking
Creación de redes, formales, informales, presenciales, virtuales y gestionar los contactos (Networking). Me estoy refiriendo a la creación de Asociaciones de Directivas y Profesionales, Asociaciones de Empresarias, Clubs de antiguas alumnas de Escuelas de Negocios, Redes Virtuales, Portales de empresarias.
Sus socias establecen redes de colaboración entre sí, comparten contactos, asisten a conferencias, imparten y reciben cursos de formación y editan publicaciones. Se trata de crecer profesionalmente, con el apoyo mutuo de otras féminas, y de no estar sola en la cima.
Se promueve la participación pública de la mujer en su condición de empresaria, profesional, directiva, así como el contacto entre las socias para crear negocios, colaboraciones.
Introducirte en una de estas redes te permite compartir tus problemas y tus experiencias, aprender de otras, servirte del trabajo realizado por otras.
Reduce el aislamiento y la angustia de la soledad, así mismo te permite un mayor desarrollo a nivel profesional (formativo y experimental).
En estas redes existen multitud de mujeres que han pasado por lo que tu o que tienen tus mismos objetivos, hay referencias y modelos a los que puedes acudir para pedir consejo para que te abran puertas.
El poseer unos objetivos comunes y una manera de hacer común permite luchar con más fuerza y hacerla visible hacia el exterior.
Las redes cuando alcanzan un número de miembros considerable y una relevancia social por las actividades que desarrollan se convierten en grupos de presión, comienzan a tener representatividad, y empiezan a ser atractivas para el mundo de los negocios pues hay que tenerlas en cuenta. Esto es quizás lo que más debe aprovecharse, el ser necesarias, aunque sólo sea por ser mujeres y ser número, una vez dentro de nosotras depende plantear batalla.
La participación en estas redes y la participación de las mismas en proyectos o actividades dirigidas por cúpulas masculinas no deben hacernos perder de vista varias cosas:
- Saber cuando eres necesaria y te puedes permitir el lujo de ser incómoda porque no pueden prescindir de ti.
- No olvidarse de vistas porque estamos y para que estamos
- Si te limitas a estar en puestos de dirección para ejercer el poder en la forma en que lo ejercen el resto ( hombres normalmente) y no para introducir cambios, cuestionamientos, estamos perdiendo una gran oportunidad
Las redes son una manifestación de la forma de ejercer el poder de las mujeres : la mujer tiende a expresar el poder en el dominio de las relaciones colaboradoras, construyendo redes informales, propiciando la cohesión y los vínculos entre los miembros, alentando a otras y otros a compartir los recursos.
Mentoring y Programas de Mentorado
Los modelos, el apoyo, la guía, los programas de mentorado son sin duda una de las mejores armas para reforzar la posición de la mujer en el mundo de los negocios y la alta dirección, contar con una mujer directiva que te guíe, aconseje y apoyo en el desarrollo de tu carrera y en la consecución de tus objetivos, acceder a puesto de dirección o crecer como empresaria es una de las herramientas que llevan desarrollándose en EEUU desde hace más de 30 años para romper el techo de cristal.
Saber como moverte en un mundo de hombres no es tarea fácil, y si puedes contar con la experiencia de una igual que ya ha pasado por ello, seguro que el éxito es más fácil, y el camino mucho menos espinoso.
¿Por qué hacer difícil algo que puede ser más fácil?
Una mentora puede proporcionarte:
- El conocimiento de esa cultura empresarial u organizacional que desconoces, esas reglas no escritas, saber quién es quién dentro de la organización, no tanto el poder formal si no la capacidad de influencias, con quien no hablar y con quién si, cuando y cómo, o sobre qué
- Puede aconsejarte en la toma de decisiones y en el desarrollo de tu carrera, porque ella ya ha pasado por ello y conoce el entorno en el que te mueves
- Te abre puertas, te presenta personas y te transmite el conocimiento tácito sobre las mismas, te proporciona contactos, te transfiere su experiencia compartiendo contigo sus aciertos y sus errores.
- Te entrena para situaciones difíciles, te da apoyo, te ayudará a gestionar tu tiempo, establecer prioridades e incluso a conciliar vida personal y profesional.
- Reforzará tu confianza, tu motivación, tu seguridad, tu autoestima
En definitiva con el mentoring para directivas y empresarias:
- Se facilita a las mujeres un asesoramiento práctico en gestión empresarial y habilidades de dirección
- Se visualiza lo que hacen las directivas y los directivos, comparando causas y resultados, y proporcionando feedback EXTERNO.
- Se aporta la experiencia práctica de una igual que actúa como guía, modelo y consejera.
- Se desarrollan estrategias de aprendizaje individualizado.
Para triunfar en mundos masculinos hace falta, como bien expresan varias mujeres empresarias entrevistadas en la revista Emprendedores por ejercer su trabajo en mundos predominantemente masculinos:
- MANO IZQUIERDA para manejarse ante los recelos iniciales y hacerse oír
- MANO DERECHA para actuar con firmeza y ejercer el dominio si hace falta.
- Perseverancia, confianza, empatía, flexibilidad y fortaleza
Los Programas de Mentorado proporcionan modelos a seguir, y no debemos perder de vista la importancia de los modelos, y de su visibilidad.
Cuando se habla de los rasgos de un directivo se han señalado rasgos asociados al comportamiento masculino porque en la dirección no había más que modelos masculinos sobre los que construir una teoría, si hubiera habido mujeres y hombres proporcionalmente al hablar de los rasgos de un directivo se hubieran señalado características predominantes en ambos y a lo mejor habría matices sobre el concepto de directivo.
Uno de los factores que inciden en el predominio de valores masculinos en el mundo laboral es la escasez de modelos referenciales femeninos, aspecto que conlleva, según sociólogos, una falta de identidad socio laboral de las mujeres.
El mentorado es una plasmación de la forma de ejercer el poder por las mujeres, Dunlap y Goldman (1991), ampliaron el concepto de «facilitador del poder» en el liderazgo de las mujeres, en el sentido de desarrollar la habilidad para ayudar a otras personas a llevar a cabo sus fines, por sí mismas, y para poder compartirlos, negociarlos o complementarlos.
Liderazgo transformacional
Orientado a la persona, incide en la motivación, fomenta la participación de los miembros del grupo, implica a las personas, elevando su autoestima, su sensación de pertenencia a.
Partiendo de esta definición y de la posibilidad que nos proporciona este tipo de liderazgo, creo que el cambio y el acceso al poder, entendido como influencia y no como autoridad, creo que las mujeres debemos liderar un cambio en las formas de hacer, introduciendo nuestros valores, poniendo en valor nuestras capacidades para ir transformando la cultura empresarial y organizacional, y eso no necesariamente se hace o se consigue sólo desde la cúpula.
Podemos ser lideres transformacionales hacia abajo (con nuestros subordinados/empleados), hacia los lados (con nuestros colaboradores y compañeros, clientes, proveedores), y por supuesto hacia arriba (con la dirección, los accionistas, la Administración.)
Para ello sin duda dominar las habilidades directivas nos va a ser de gran ayuda, sobre todo: gestión de conflictos, comunicación, empatía, negociación, delegación, trabajo en equipo.
Estaríamos pues ejerciendo una autoridad informal, basada en recursos emocionales y espirituales, frente al poder o autoridad institucional que representa la dirección basada y apoyada en lo atributos que proporciona el cargo, en los recursos físicos y materiales y que se orienta más a la administración y gestión.
La dirección trata de afrontar la complejidad de una organización, mientras que el liderazgo afronta el cambio. Así, la dirección como tarea de gestión hace frente a la complejidad planificando, creando una organización dotada de personal, así como controlando y resolviendo los problemas. Por otra parte, el liderazgo hace frente a la necesidad de cambio proyectando una visión y estableciendo estrategias, desarrollando equipos de trabajo, así como motivando y apoyando.
El objetivo de un liderazgo en la línea que apuntamos tendría tres objetivos básicos:
- Desarrollar una amplia participación
- Desarrollar una Visión
- Asistir a los miembros del grupo para que superen los obstáculos en su esfuerzo por conseguir los objetivos de la misión. Incrementar su capacidad para superar los diferentes obstáculos que se vayan presentando.
Este tipo de liderazgo es el que denominamos liderazgo transformacional, que implica el incremento de las capacidades de los miembros de la organización para resolver individual o colectivamente los diferentes problemas y lo que entiendo como toma de decisiones. El liderazgo transformacional es pues la cultura del cambio, el agente transformacional de su cultura organizativa.
Puedo indicar los factores ya clásicos que se incluyen en el liderazgo transformacional (Bass, 1985):
- a) Carisma: capacidad de entusiasmar, de transmitir confianza y respeto.
- b) Consideración individual: presta atención personal a cada miembro, trata individualmente a cada subordinado, da formación aconseja.
- c) Estimulación intelectual: favorecer nuevos enfoques para viejos problemas, hacer hincapié en la inteligencia, racionalidad y solución de problemas.
- d) Inspiración: aumenta el optimismo y el entusiasmo.
- e) Tolerancia psicológica: usar el sentido del humor para indicar equivocaciones, para resolver conflictos, para manejar momentos duros
- f) El líder transformacional considera que desempeña un rol simbólico de autoridad que le permite ser el «representante institucional» de la organización y, como tal, debe dar ejemplo de trabajo duro, disponibilidad y honestidad en sus actuaciones, que deben ser coherentes con la visión, misión y valores de la organización
Todo podemos ser líderes en nuestro entorno o ámbito para ello no necesitamos que nadie nos nombre como tales, simplemente debemos poseer un deseo de cambiar las cosas, energía, entusiasmo, confianza y seguridad para hacerlo e ir desarrollando una serie de habilidades que nos permitirán aglutinar mejor intereses personales hacia una misión común y hacer crecer a todas las personas que trabajan con nosotros y pueden contribuir a ese cambio.