Muchas de las estrategias empresarias y gubernamentales continúan ancladas en lo que ya podemos considerar la “vieja” convergencia de los años 90, la que originó lo que los mercados financieros llaman “TMT” (tecnologías de información, media y telecomunicaciones) y a la que los políticos se refieren de un modo simplista, como la “Sociedad de la Información”.
Las oportunidades de innovación y de nuevos negocios para esta primera década del siglo XXI se transfieren hacia otro tipo de encrucijadas sectoriales y de intersección entre disciplinas de investigación.
El Sillicon Valley, en California, pretende estar, una vez más, a la delantera, presentando una nueva visión del futuro próximo.
Está involucrado un mercado potencial de 1 billón de dólares (1 trillón en la denominación anglo-sajona y brasilera) hasta el 2010, lo que abre, desde luego, el apetito de los estrategas empresariales.
Se calcula la tasa de crecimiento anual acumulada de este mercado emergente, en un 60%, según el estudio realizado por la consultora McKinsey & Co para la Next Silicon Valley Initiative y promovida por la Joint Venture Silicon Valley Network, una ong de California.
Esta lluvia de millones será alimentada por una nueva «convergencia», fruto de la encrucijada e intersección de tres revoluciones tecnológicas -la biotecnología, las tecnologías de la información y la nanotecnología.
Estos analistas comentan que una estrategia empresarial o gubernamental basada en la convergencia de los años 90 -que condujo al surgimiento de la llamada «Sociedad de la información» , al «boom» de la Nueva Economía y al nacimiento de lo que las bolsas designaron como el sector «TMT» (tecnología de la información, media y telecomunicaciones)- ya no garantiza el liderazgo.
Aún una apuesta en el área de la biotecnología, a pesar de sus impactos millonarios en la industria farmacéutica y en el negocio de la salud en general, no es suficiente. La era que seguirá a la de la información, no es solamente la de biotecnológica, declaran.
“La oportunidad reside en conseguir una posición de liderazgo en la convergencia de esas tres revoluciones, lo que algunas empresas e instituciones ya están realizando», afirma Paul Roche, de McKinsey, que participa en el grupo de personalidades y especialistas que prepararon los informes estratégicos para la renovación del valle californiano.
La interacción entre disciplinas de investigación ya trajo el surgimiento de la genómica y de la proteonómica (estudio de las proteínas) en las que la biología ya se mezcló con las ciencias de la información. El cruce sectorial ya hizo visibles nuevas áreas de negocios como la bioinformática, los biomateriales, los «biochips» y los biosensores, para citar algunos de los más divulgados.
Oportunidad para innovar
“El principal mensaje, nos dice William Miller, profesor de la Graduate School of Business en la Universidad de Stanford, es que la innovación ocurrirá probablemente en estas nuevas intersecciones entre disciplinas de investigación ligadas a las tres áreas».
Miller es considerado la eminencia gris del Next Silicon Valley Leadership Group y ha luchado por una estrategia pro activa del valle californiano en el sentido de dejar atrás rápidamente las secuelas del «crash» de la Nueva Economía.
Miller fue el editor del libro Silicon Valley Edge, lanzado el año pasado por la editorial de la Universidad. La “receta” en ese valle es simple y antigua– se trata de descubir la nueva ola tecnológica y de liderarla mundialmente.
Miller argumenta que el valle lo consiguió hacer desde los años 50 y que ahora es el espacio geográfico mejor posicionado en talentos, capital de riesgo, patentes y experiencia emprendedora, para repetir la azaña.
Por paradójico que parezca, el actual período de crisis, cuya recesión y depresión se podrían prolongar a lo largo del quinquenio, es el mejor para crear empresas -las célebres “start up” – o desarrollar nuevas áreas de negocio en los grupos empresarios en torno a esta nueva convergencia.
Es también el momento clave para afinar estrategias de Investigación y Desarrollo y políticas de «clusterización» geográfica alrededor de esta convergencia.
“El ritmo de la inovación va nuevamente, a acelerarse no a disminuir”, dice William Miller
Los analistas involucrados comparan el período actual con el que se vivió en el Silicon Valley entre 1987 y 1994, después del mini-«crash», de la maduración del negocio de las computadoras personales y de los despidos masivos ocurridos entre 1989 y 1992 (cerca de 70.000 en el área de alta tecnología, número similar al que se registraba a fines de 2001). «El ritmo de la inovación va, nuevamente, a acelerarse no a disminuir”, subraya Miller, en referencia a lo que fue una acumulación de innovaciones en los años precedentes, lo que disparó la Nueva Economía en 1995.
La palanca de la nanotecnología
A pesar de la focalización mediática que, todavía hoy se siente en la “webización” de la economía y de la sociedad y de la enorme atracción por los hechos de la biotecnología pos-genoma, el estudio a que hacemos referencia hace hincapié en el hecho de que la gran palanca de la próxima década está en una palabrita tecnológica, desconocida para la mayoría de los lectores -la nanotecnología, o sea la manipulación de materia (viva o no) a nivel atómico y molecular. “La nanotecnología es una tecnología capacitadora, en la terminología que usamos a nivel científico.
Su papel puede ser equivalente al del transitor después de 1947, hasta más que el de la World Wide Web. Las oportunidades de aplicación de la nanotecnología son tadavía más vastas que las de la web», declaró Miller.
En la actualidad, la nanotecnología es una de las áreas en la que se requiere una enorme “sinergia” entre disciplinas, como la física, la biología molecular, la química y la ingeniería. Parte de la “guerra” tecnológica del futuro reside en la capacidad de crear un buen “pool” nacional y una red internacional en este campo. Con la globalización y la cada vez mayor circulación de cerebros – ya no hay sólo “fuga de cerebros” en un sólo sentido, dice otra especialista del Silicon Valley, la profesora AnnaLee Saxenian – , “las mejores innovaciones van a tener lugar en varios sitios del mundo y no sólo en uno”, concluye William Miller, que aboga por una estrategia metanacional también en el campo de la I&D.
Sinergias a crear
El desafío planteado por esta nueva convergencia es enorme. La “intersección” y “cruzamiento” que exige entre áreas distintas de la investigación y del negocio, plantea la necesidad de combatir frontalmente lo que el informe designa como “silos”, “feudos” científicos y tecnológicos, normalmente enfrentados que se manifiestan en el mismo Sillicon Valley.
Paul Roche defiende algunas medidas: » Algunos caminos ya han sido probados, como programas multidisciplinarios en doctorados y maestrías; parques científicos y tecnológicos en los que se fomenta el cruce de investigaciones, programas para poner en contacto a ejecutivos de las tres áreas- biotecnología, tecnología de la información y nanotecnología».
El otro desafío es la transición de mano de obra especializada de «una ola hacia la otra», no sólo en términos de reintegración de los despedidos, como de la reorientación de la formación de los nuevos cuadros salidos de los Politécnicos o de las Universidades del Valle o atraídos de otras regiones de los Estados Unidos y de otras partes del mundo (como China, India, Corea del Sur, Europa).
En el pasado se consiguió con una progresión de re especialización del área de defensa hacia la de circuitos integrados en los años 70, después hacia el computador personal en los 80 y, más recientemente, hacia la web. Las exigencias están de nuevo puestas en la revisión de las estrategias de enseñanza, formación, investigación y en la creación de «start ups». Dar el tiro certero y actuar rápidamente es, nuevamente, la clave de la ventaja competitiva.