El saber es un componente importante del conocimiento, pero quedarse con el saber y nada mas, no alcanza, hace falta un paso mas importante aún, y ese paso posterior es el que más trasciende, el que más se hace notar al hablar del conocimiento.
Saber como aplicar lo que uno sabe en la acción es lo mas difícil, quizás por este motivo muchas organizaciones no pueden capitalizar en el mercado los conocimientos que poseen los empleados.
En la mayor parte de las organizaciones el “asunto” del aprendizaje se lo toma muy en serio, capacitación constante, aprendizaje continuo, aulas virtuales, e-learnning, etc y como si esto fuera poco cuando sale algún tema de management nuevo enseguida lo compran. BASTA DE GASTAR PLATA POR FAVOOOOOOOOOR !!!!!!!.
Seguramente el lector no entiende mucho, lo mas probable es que su pensamiento sea a este idiota que le pasa?, por un lado escribe sobre la importancia de los conocimientos y ahora dice lo contrario. Puede ser cierto que sea un idiota, aun no le he demostrado lo contrario, no obstante permítame aclarar este punto.
Una cosa es el SABER QUÉ y otra cosa es el SABER CÓMO, con esto quiero decir que el capital intelectual no esta compuesto por el hecho que la empresa tenga bastos conocimientos teóricos sobre un tema especifico (saber que), sino que esta relacionado a la aplicación practica
Antes de tocar de lleno el ámbito de las empresas permítame dar un ejemplo con lo que sucede en los estudiantes universitarios, cuando se gradúan después de cuatro o cinco años de incorporar conocimientos teóricos, creen que son pocos, así que se meten a hacer un posgrado, luego de que pasan mas de dos años estudiando, al terminar se dan cuenta que aun no son suficientes y se embarcan en un máster, donde invierten otros años mas, luego se deciden especializar y se embarcan en un doctorado, pero como no es suficiente la especialización, se recontraespecializan en un Phd, hasta que dicen: POR FIN TERMINE !!!! ahora me pongo a trabajar ….. ¿por donde empiezo?, ¿cómo lo hago?.
Coincido en que no puede haber un “saber cómo” si no hay un “saber qué”, es decir, no se puede poner en acción aquello que no sabemos o conocemos, pero seamos concretos y digamos que la mayor parte del “saber como” aplicar el conocimiento teórico es culpa en un 50% de la persona, por no ser proactiva y enfrentarse a los posibles fracasos frutos de la carencia de experiencia, y, el otro 50% es responsabilidad de la organización, tutor, institución o cualquier otro agente proveedor
Con que las organizaciones dejen de gastar tanta plata en la adquisición de conocimientos me refiero a que pongan el conocimiento en acción, o dicho en otras palabras, que no sea mucho ruido y pocas nueces, es decir que pasen del saber que al saber como.
Para dar este salto hace falta salir de la teoría y pasar al debate, algunas de los puntos detallados a continuación pueden resultar útiles para aquellas organizaciones dispuestas a poner acción, no solo a las palabras, sino Dar libertad a los teóricos del conocimientos para que puedan demostrar en pequeños grupos la puesta en acción de los conocimientos teóricos.
En Xerox, se invita a los clientes para observarlos como utilizan los productos permitiendo al equipo obtener importantes conocimientos relacionados al saber como mejorar la practicidad de la utilización. En Xerox saben que el cliente tiene la razón.
Crear lugares informales para bajar a tierra el “saber que”. Considero que es cierto eso de que el hombre es un ser social por naturaleza, de manera que la sociabilización del conocimiento se potencia cuando hay lugares específicos dentro o fuera de la empresa donde las personas se juntan y deliran acerca de una idea, en apariencia, alocada. “Este es un espacio donde nos juntamos a charlar informalmente, hoy a la mañana nos juntamos a delirar sobre un proyecto que tenemos que presentar a un cliente” me decía una consultora de Microsoft mientras hacíamos un recorrido por la empresa. (AHHHH !!!, no se que paso con el proyecto éste, pero que se paso de la teoría a la practica estoy seguro).
Sea un apóstol del debate. Si el capital intelectual de la compañía aumenta en proporción directa a la aplicación práctica del conocimiento, de lugar a debatir nuevas ideas en lugar de censurarlas por miedo al fracaso o al rechazo.
La historia nos muestra como numerosas personas han tenido que superar estos obstáculos, cuando Charles Darwin publico sus ideas sobre la evolución de las especies, se encontró con que sus colegas en las ciencias le mostraban más oposición que las autoridades religiosas. Sus teorías desafiaban demasiadas nociones muy arraigadas.
Jonas Salk tropezó con la misma piedra con sus radicales innovaciones en inmunología, y algo similar le paso a Max Planck cuando revoluciono las ciencias físicas.
Quizás en su empresa haya un Darwin, un Salk, o un Planck, no digo que le firme un cheque en blanco a los empleados, lo que le estoy diciendo con este párrafo es que brinde el espacio para que las personas pueden expresar el aspecto practico de su teoría, en síntesis, con esto de ser apóstol del debate se trata que los directivos de las empresas pasen de una actitud combativa a una actitud compasiva.
Centrarse en el concepto más que en los detalles. La excesiva concentración en los detalles separa mucho más la teoría de la práctica, depende de la situación organizacional y el conocimiento teórico que se exponga, pero cuando empezamos a usar el reloj no sabíamos lo que había detrás del vidrio (la maquina), aun hoy muchos no sabemos como esta compuesta, pero sin embargo compramos un reloj porque compramos el concepto, saber la hora.
Cuando las empresas se ponen a desarmar el reloj, y no es necesario hacerlo, lo que hacen es poner palos en la rueda a la puesta en práctica de ese conocimiento teórico.
Los mercados son híper-veloces y el que no corre vuela, sea de los que vuelan y concéntrese en los conceptos al presentar o comprar un conocimiento teórico de manera que quede lugar para práctica y error, práctica y error, práctica y error, práctica y error, práctica y error, práctica y éxito.
Además de estos puntos, ideas, o como quiera llamarlos, para aumentar el capital intelectual las organizaciones o personas deben tener presentes que todo lo que se puede ver es lo que cuenta, así como el amor se demuestra en las acciones para con el ser amado, el conocimiento se evidencia y vale en la practica, no en la teoría.
Así que ponga el SABER QUE en acción y disfrute, porque el conocimiento es algo que no se gasta con el uso, por el contrario, aumenta el valor.