Llegué a Fjällbacka (se pronuncia Fiel-ba-ca) a través de la literatura. Este año me “picó” la curiosidad con los autores nórdicos a quienes prácticamente desconocía, salvo por Henning Mankell y su inspector Kurt Wallander, del que están disponibles dos versiones excelente en la TV, la original sueca y la adaptación inglesa protagonizada por Kenneth Branagh.
La literatura nórdica se destaca en el género policial y la novela negra, cuando en mi ronda de lectura le llegó el turno a Camilla Lackberg, conocí la existencia de Fjällbacka, pues no es un invento literario, el pueblo realmente existe y cada escenario de cada una de sus 9 novelas es real.
Camilla nació y se crió Fjällbacka, una pequeña comunidad de pescadores en la costa oeste perteneciente al Municipio de Tanum, ubicada a unos 140 km al norte de Gotemburgo.

Los protagonistas principales de sus libros son el policía Patrik Hedström y la escritora Érica Falck quien, al igual que Camilla, nació en dicho pueblo y al que vuelve (ambas viven en Estocolmo, la capital sueca) para hacerse cargo de la casa paterna cuando sus padres fallecen en un accidente.
Sus novelas parten siempre de un asesinato, y durante su investigación van surgiendo los secretos y miserias de sus protagonistas, habitantes de Fjällbacka.
En numerosas ocasiones es necesario remontarse al pasado para encontrar los orígenes y causas de los crímenes, por los que en muchas novelas la narración transcurren en dos tiempos cronológicos distintos.
El pueblo de Fjällbacka
El pueblo toma su nombre de las llanuras que se encuentran al pie de un cerro cercano. Se desconoce su origen preciso pero aparece por primera vez mencionado en unos mapas de 1694.
El pueblo floreció económicamente a partir de la pesca del arenque, aunque a fines del siglo XIX comenzó una etapa de extracción y transformación de la piedra. Se dice que es justamente en Fjällbacka donde un creativo propietario de una fábrica de conservas sazonó el arenque transformándolo en la popular anchoa.
Los 1000 habitantes de este pueblo pesquero, se ven desbordados en el verano por los más de 20,000 turistas que llegan a disfrutar del paisaje local, de su bello archipiélago de Bohuslän con islas fácilmente alcanzables en kajak, sus calles adoquinadas, sus casitas rojas de pescadores y sus langostas y mariscos frescos.
Si vienes a Fjällbacka en otoño (desde finales de septiembre a finales de noviembre), puedes participar en la caza de la langosta.
El Stora Hotellet de Fjällbacka prepara un safari de langosta con un experimentado capitán conocedor de los mejores lugares para atraparlas. Una vez a bordo te enseña la técnica y comienza la cacería. De vuelta al Stora Hotellet es tiempo de cocinar y comer lo que hayas capturado.
Si tu espíritu detectivesco te anima a internarte mucho más atrás en el pasado, debes saber que Tanum fue declarado Patrimonio Universal de la Humanidad por la Unesco, allí podrás ver las coloridas pinturas y grabados en la roca que tienen más de 3.000 años de antigüedad y fueron realizados por los suecos de la Edad de Bronce.
Dichos grabados han sido repasados en rojo para destacarlos de la piedra circundante pero no se sabe todavía su color original.
Algunos escenarios de las novelas de Lackberg
Kungsklyftan
El rey Oscar II visitó Fjällbacka en 1887, lo que constituyó todo un acontecimiento para la pequeña comunidad, por ese motivo unos canteros decidieron grabar el nombre del monarca en la montaña Veddeberget, en cuya cara norte se encuentra el desfiladero identificado con la visita del rey, de hecho Kungsklyftan significa el desfiladero del rey.
Dicho lugar sirve de contexto para la novela “Los gritos del pasado”, donde un niño encuentra el cadáver de una mujer debajo de la cual hay otros dos más antiguos.
Iglesia de Fjällbacka
Construida en 1892, en su cementerio una lápida homenajea a los soldados alemanes de la primera guerra mundial. A Camilla le fascinaba aquella tumba.
Cuando preparaba su novela “Las huellas imborrables”, encontró en ella la inspiración para poder escribir su quinta novela.
El templo está construido de granito rojo, una variedad única que sólo se encuentra en Bohuslän. Su fachada es una prueba de artesanía excepcional.
Plaza Ingrid Bergman
La conocida actriz Ingrid Bergman era una visitante habitual de la zona desde 1958 hasta su muerte ocurrida en 1982. Sus cenizas fueron esparcidas en las aguas que rodean Dannholmen su isla preferida al oeste del pueblo.
En honor a tan ilustre visitante, la plaza del pueblo se llama Ingrid Bergman, y es constante protagonista en todas las novelas de Camilla, en la que el policía Patrick y su esposa la escritora Érica, la cruzan en sus recorridos diarios.
Al igual que en el film Amélie en el que un bar y una verdulería local saltan a la fama por su participación en la película, en dos novelas de Lackberg (Las hijas del frío y Crimen en directo) , se menciona directamente la ferretería local Järnboden que de pronto se hace famosa.
La oficina de turismo local ubicada en una de las esquinas de la plaza Ingrid Bergman, organiza un tour de 90 minutos denominado “Siguiendo las huellas de Camilla Lackberg” para mostrar los lugares conocidos y no tan conocidos donde transcurren las novelas.
El tour requiere cita previa y es en sueco, aunque se puede contratar con anterioridad en inglés y cuenta 150 SEK/persona.
Mas Informes sobre el tour:
Fjällbacka Guider
Valön, Tonläget
457 40 Fjällbacka
Phone: +46 768 111021
Mobile: +46 768 111021
Booking: +46 768 111021
Email: [email protected]
Web site: www.fjallbackaguider.se
Es curioso como a veces pequeñas ciudades o pueblos completamente desconocidos saltan a la fama internacional debido a una novela. Otro caso reciente es el de Ystad en el sur de Suecia, cuyos ingresos por los tours relacionados con la serie Wallander aporta no poco dinero a las arcas municipales.
Y no olvidemos tampoco a la serie inglesa Inspector Morse, que deja muy buenos dividendos a la ciudad de Oxford, aunque por supuesto en este caso la ciudad tenía ya fama internacional debido a sus numerosas y prestigiosas universidades, además de la obra literaria de Lewis Carroll. Me refiero, cómo no, a la famosa «Alicia en el país de las maravillas», cuyo autor fue profesor de matemáticas en la famosa Christ Church.