Con motivo del día internacional de la mujer celebrado esta semana, hemos querido reflexionar acerca de cuánto de influyente es la edad en el papel de la mujer tanto profesional como socialmente.
Según numerosos estudios, la discriminación que se produce por la edad conocida como Edadismo, afecta más a las mujeres que a los hombres.
Uno de los motivos por los que esta desigualdad por edad es más alta, estadísticamente hablando, en mujeres, parece ser debido a su mayor esperanza de vida.
Según recoge el Instituto Nacional de Estadística las mujeres viven un promedio de cuatro años más que los hombres. Sin embargo, existen muchas otras causas de mayor importancia que se ven agravadas con una mayor edad de la mujer, como las siguientes:
- Salarios más bajos
- Problemas de conciliación
- Dificultades de promoción
En el libro, Imbatibles. La edad de las mujeres, una de sus autoras, Sara Berbel, comenta que “Hay una depreciación total de las mujeres en la edad adulta. Tienen que ser jóvenes y bellas a lo largo de la vida. Además, se sigue creyendo que las mujeres se ocuparán de los hijos y por lo tanto faltarán más al trabajo. Esto es un prejuicio que aún existe y que hace que muchas empresas se nieguen a contratarlas”.
Empoderamiento de la mujer
Del mismo modo, desde Unión democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), coinciden en que hacerse mayor tiene un significado diferente para hombres y mujeres, ya que las mujeres mayores deben hacer frente a una doble discriminación: por edad y género.
Alcanzar la igualdad de género consiste en un ejercicio de empoderamiento de la mujer que requiere de la necesidad y mejora de los siguientes aspectos:
- Eliminar los falsos estereotipos y roles impuestos a las mujeres durante la vejez.
- Participación y escucha de las mujeres mayores sobre cómo quieren que sean las circunstancias que engloben su senectud: con quien quieren envejecer, dónde, cómo…
- Mayor visibilidad a las mujeres en entornos rurales, donde el aislamiento social y soledad por falta de accesibilidad pueden ser evitables.
- Igualdad de género transversal con la prevención de género y denuncia pública de violencia de género. Fomento de estrategias de envejecimiento activo y salud.
- Proteger y mejorar los derechos de la mujer en todas las etapas de su vida evitando el olvido y la invisibilidad durante la vejez. Cumplir años no debe menoscabar los derechos de la mujer por el mero hecho de hacerse mayor.
- Igualdad de género en los cuidados a través de un nuevo modelo de cuidado que supere el papel tradicional de la familia y sobre todo el papel de la mujer como cuidadora.
Haciendo referencia a este último punto, el trabajo no remunerado, en referencia a ese tiempo destinado al trabajo doméstico y cuidado de familiares (como personas en situación de dependencia, nietos, nietas…), no es valorado
Invisibilidad del trabajo doméstico y del cuidado de familiares
El trabajo doméstico y el cuidado de familiares realizado mayoritariamente por mujeres está invisibilizado y no se valora. Se tiende a subestimar la contribución y la puesta en valor de todo este tiempo que influye en el bienestar de los demás.
Es fundamental, por lo tanto, implementar desde edades tempranas valores de igualdad, contribuir a una sociedad futura de equidad, sin estereotipos y donde el edadismo quede al margen.
Así pues, desde UDP, afirman que “Las mujeres mayores no son todas iguales: ni todas las mujeres mayores necesitan cuidados, ni todas quieren ser cuidadas, ni tampoco ser cuidadoras”.
Desde esta asociación, recalcan que “reconocer las aportaciones de las mujeres mayores en nuestra sociedad es una oportunidad que debe ser aprovechada para el desarrollo de su vida activa, para proporcionarles una mayor seguridad y un pleno ejercicio de sus derechos”.
Aunque la edad debería ser únicamente un dato y la vejez una fase de la vida, lo cierto es que las mujeres sufren más este tipo de discriminación.
Del mismo modo, uno de los ámbitos en donde esta diferencia se agudiza es cuando a la par existe edadismo laboral, produciéndose una brecha salarial entre hombres y mujeres, a la par que profesiones en donde la mujer no está presente de manera igualitaria por su edad.
Brecha profesional y salarial entre hombres y mujeres
Existe una brecha salarial entre hombres y mujeres durante su etapa laboral, que, si no cambia, derivará en futuras mujeres pensionistas en situaciones de inseguridad. Una forma de atajar esta situación es establecer como primer paso al cambio medidas de conciliación profesional y laboral que impulsarán una mejora futura.
Del mismo modo, ciertas profesiones como en el ámbito publicitario, únicamente se encuentra entre un 7% y un 11% de profesionales que tienen más de 50 años, de los cuales en los puestos de dirección la mujer es minoría.
Los prejuicios provocados por el edadismo, perjudican a las personas desempleadas en general y a las mujeres en particular, por lo que realizar un ejercicio de autocrítica y anticiparse a la discriminación es fundamental.
Algunas de esas medidas pueden ser las siguientes:
- Currículum ciego. En él, los datos relaciones con la edad, el sexo o la nacionalidad de la persona no se muestran. De este modo, únicamente se muestra la información académica, experiencia… que sí son importantes para el puesto.
- El departamento de Recursos Humanos deberá está formado en la diversidad. El técnico de Recursos Humanos, deberá eliminar los clichés en la selección, anticiparse a las necesidades de la empresa y escoger a las personas candidatas en base a su talento y capacidades, frente a datos sociodemográficos.
- Talento por encima de todo y fomento de intercambio generacional.
Finalmente, llegados a este punto, podemos concluir que todavía queda mucho por avanzar.
Será un ejercicio de todos exigir el reconocimiento de las mujeres, y en especial, el de las mujeres mayores. Aquellas que dedicaron su tiempo a los demás, un tiempo no valorado por su escasa visibilidad.
En definitiva, lograr una sociedad igualitaria, libre de toda discriminación, dejando el edadismo aparte cambiando los estereotipos y papeles infligidos a la mujer por ser mayor, es una tarea pendiente y futura.