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Cómo Detectar la Intolerancia a la Fructosa

¿Buscando cómo detectar la intolerancia a la fructosa? ¡Llegaste al artículo indicado! Cada vez es más común el diagnóstico de alergias e intolerancias alimentarias. Hace 30 años o más, la celiaquía o intolerancia al gluten eran casos raros que contaban con pocas opciones en los supermercados para alimentarse.

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Lo mismo ocurría con la lactosa o el huevo. Hoy en día vamos a comprar y encontramos las estanterías llenas con productos con etiquetas de “sin gluten”, “sin lactosa”, etc. Esto es bueno, muy bueno. Sin embargo, no debemos auto diagnosticarnos y dejar de consumir ciertos alimentos solo por una sospecha.

Hay tantas intolerancias y alergias que a veces es muy difícil encontrar la causa de ciertos síntomas. De hecho, uno de cada tres niños y uno de cada cinco adultos tienen intolerancia a la fructosa y la gran mayoría no lo saben. Por eso, vamos a ver cómo saber si eres intolerante, cuál es la causa y qué puedes hacer al respecto.

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¿Qué es la fructosa?

La fructosa es el azúcar simple que se puede encontrar de forma natural en todas las frutas, en menor o mayor medida. Junto con la fibra de la fruta y el resto de su composición, es la manera más sana y saludable de consumir azúcar.

Sin embargo, la fructosa se ingiere mayoritariamente en forma de sacarosa, conocida como azúcar común. La sacarosa es una molécula formada por fructosa y glucosa y que el intestino se encarga de separarlas en dos moléculas independientes.

La fructosa también se puede consumir en forma de sorbitol, también presente en frutas y verduras. Este edulcorante se añade de manera artificial a múltiples alimentos ultraprocesados y al ser metabolizado por el intestino puede generar fructosa.

Sabiendo todo lo anterior, los alimentos con fructosa son muy numerosos, la intolerancia al sorbitol puede confundirse con la fructosa y cómo saber si tengo intolerancia se hace aun más cuesta arriba.

Síntomas de la intolerancia a la fructosa

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Para saber cómo detectar la intolerancia a la fructosa lo principal es conocer los síntomas de la intolerancia a la fructosa. Debemos recordar que cada persona es diferente y que se pueden presentar todos los síntomas, algunos u otros diferentes.

Dificultades digestivas tales como inflamación abdominal, flatulencias o, incluso, diarreas son los síntomas más comunes.

Tener el intestino irritado por una intolerancia a la fructosa hace que no se sintetice bien la serotonina. ¿Consecuencias? Estado depresivo, tristeza, irritabilidad, cambios de humor, cansancio, apatía y ansiedad por consumir dulces.

No asimilar bien la fructosa puede provocar también una mala asimilación de otros nutrientes que pueden influir en una bajada de defensas.

Ahora bien, tenemos que destacar que estos síntomas no se pueden asociar únicamente a la intolerancia a la fructosa. Si te sientes reflejada lo primero que debes hacer es acudir a un médico o a un profesional de la nutrición para que valore tu situación y te diagnostique correctamente.

Más detalles sobre la intolerancia a la fructosa

Ya sabes qué es la fructosa y cuáles son los síntomas compatibles con su intolerancia pero vamos a darte todos los detalles sobre su problemática.

La intolerancia a la fructosa se produce por la dificultad del intestino para metabolizar esa molécula. El intestino delgado es el encargado de sintetizarla y asimilarla. Si él no lo hace, pasa al intestino grueso que no es capaz de realizar esa función y entonces se producen las molestias que hemos visto.

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La mayoría de personas son capaces de asimilar hasta 35 gramos de fructosa al día sin ninguna complicación. Hay personas que no pueden consumir nada de fructosa y otras que lo pueden hacer parcialmente. Recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no exceder los 25 gramos de azúcar al día pero resulta extremadamente sencillo dado que casi todos los alimentos que consumimos tienen azúcar.

Dentro de esta intolerancia vamos a destacar la diferencia entre la malabsorción y la intolerancia hereditaria a la fructosa.

Intolerancia hereditaria a la fructosa

La intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF) o fructosemia es una enfermedad genética por una deficiencia de  de la enzima Aldolasa B. Esta enzima se encarga de metabolizar la fructosa a nivel hepático y su mutación causa este problema.

El intestino de las personas con esta patología es capaz de absorber la fructosa pero no de metabolizarla correctamente. En este proceso, el organismo acumula un producto intermedio que es tóxico.

Se suele diagnosticar a una edad temprana porque los niños comienzan teniendo problemas para ganar peso, vómitos, ictericia, etc. Hay que realizar un test de intolerancia a la fructosa y esperar a los resultados para que un médico confirme la enfermedad.

Si esta es la causa de la intolerancia a la fructosa, las personas que la padezcan deben restringir totalmente su consumo para evitar los síntomas.

Malabsorción a la fructosa

La mal absorción de la fructosa es mucho más común y puede ser reversible o irreversible según las causas.

  • Si la malabsorción de la fructosa es primaria, las células intestinales destinadas al transporte de la fructosa están disminuidas o no funcionan bien. Este problema es irreversible.
  • Si la malabsorción de la fructosa es secundaria, las células intestinales están dañadas por otros motivos y podría ser irreversible. La malabsorción por intolerancia al gluten, por enfermedad de Crohn, por infecciones o por el consumo de medicamentos pueden ser algunos de esos motivos.

La prueba de intolerancia a la fructosa más común es el test de hidrógeno espirado pero también puede realizarse a través de una curva de glicemia, una biopsia intestinal o diferentes análisis de orina y sangre específicos.

test de frutas para detectar la intolerancia a la fructuosa

Será tu médico el que determine las pruebas necesarias a las que debes someterte y te explicará la metodología para que sepas cómo actuar y que los resultados sean concluyentes.

La alimentación con intolerancia a la fructosa

Como cualquier otro problema alimentario, la intolerancia a la fructosa limita mucho la alimentación de la persona afectada. Lo primero que debes conocer es la causa que la genera y hacer caso siempre a las pautas de los médicos y nutricionistas que te traten.

A partir de ahí, como hemos dicho anteriormente, las personas con intolerancia hereditaria a la fructosa deben restringir totalmente el consumo de fructosa.

 

Al ser el método más radical, es imprescindible contar con la ayuda de un profesional para la elaboración de un menú sin fructosa para suplir los alimentos que no se pueden consumir y así evitar falta de otros nutrientes y vitaminas. Es complicado ya que muchos alimentos tienen fructosa pero se puede conseguir llevar una vida normal y saludable.

En el caso de la malabsorción de la fructosa, su consumo dependerá del grado de tolerancia que se haya conseguido diagnosticar mediante las pruebas médicas realizadas. Vamos a dar una serie de consejos generales pero se deben consultar con los expertos en nutrición que estén al tanto de tu caso y tus características particulares.

Limita el consumo de azúcar

Ya hemos visto que se consume bastante más azúcar del necesario. Además, el azúcar blanco o moreno y el sorbitol también se descomponen en fructosa. Lo ideal es que reduzcas al máximo el consumo de azúcares, especialmente en productos ultraprocesados con azúcares añadidos.

No consumas zumos

Los zumos artificiales contienen fructosa y concentrados de frutas. Sin embargo, los zumos naturales no son mucho más recomendables. Al exprimir la fruta nos deshacemos de la fibra que ralentiza la absorción del azúcar, por tanto, se convierte en azúcar libre que pasa muy rápidamente al torrente sanguíneo produciendo picos de insulina.

Obviamente es mejor un zumo natural que uno comprado pero la mejor opción siempre es consumir la pieza de fruta entera.

Utiliza estevia si quieres endulzar

Aunque lo ideal es consumir y habituar el paladar al sabor real de los alimentos, si quieres endulzar algo hazlo con estevia. Es un endulzante libre de fructosa siempre que lo compres de forma natural.

Evita los alimentos ricos en fructosa

Nada de galletas, bollos, salsas compradas, refrescos, etc. En cuanto a frutas muy dulces, dátiles, manzanas, plátanos, sandías, melón y muchas otras contienen gran cantidad de fructosa.

Come frutas con poca fructosa

Si toleras algo de fructosa y no te han aconsejado una dieta sin fructosa no tienes por qué dejar de consumir fruta. Lima, albaricoque, aguacate, ciruela, melocotón y otras muchas son frutas menos fructosa y podrías tolerarlas.

Escucha a tu cuerpo

Cada organismo es diferente y solo tú puedes conocer el tuyo. En caso de que puedas tolerar algo de fructosa, será la prueba y el error los que mejor te indiquen qué productos sin fructosa o con fructosa te sientan bien y cuáles no toleras en absoluto. Aunque algunas veces te sientas tentada a consumir alimentos prohibidos, mantén la mente fría y recuerda las consecuencias que tendrías más tarde.

consulta médica para detectar intolerancia a la fructuosa

Conclusiones

Lo dicho, como en cualquier patología, intolerancia o enfermedad, los que tienen la última palabra son los profesionales de la sanidad. Primero, acude a un médico que te diagnostique y, después, recurre a un dietista o nutricionista especializado en la intolerancia a la fructosa.

Siguiendo tu caso concreto y pautando unas claves para llevar una dieta sana y equilibrada, podrás tener una vida normal y seguir disfrutando de la comida sin molestias. No tomes medidas estrictas por tu cuenta ni te dejes aconsejar por personas no especializadas.

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Pili Rodriguez
Amante de los animales. No me gusta irme a la cama sin haber aprendido nada nuevo. Diplomada en Nutrición y Dietética y Licenciada en Ciencias y Tecnología de los Alimentos por la Universidad de Granada. También tengo el Máster en Microobiología por la Universidad Complutense de Madrid. Si tienes alguna duda, pregúntame.

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