Ahora la gente sabe mucho. Se han publicado miles de libros sobre administración.
Las empresas mismas gastan miles de dólares en entrenamiento, principalmente en el entrenamiento de sus gerentes.
Pero todo este conocimiento de avanzada nos deja con una pregunta: Si estamos tan bien entrenados y tan bién informados, ¿por qué no somos más efectivos? ¿Por qué, después de tantos seminarios y cursos, en que los líderes reportan sentirse iluminados, todavía no se ven grandes cambios en sus empresas?
El Profesor Jeffrey Pfeffer, de la Universidad de Stanford, recientemente publicó en su libro «The Knowing-Doing Gap» las 12 reglas que explican porque logramos tan poco y lo que debemos hacer para lograr algo en nuestra empresa.
1. El saber algo requiere el hacer algo con esto
A pesar del enorme capital intelectual en nuestras empresas, no debemos olvidar que este conocimiento es útil si hacemos algo con el mismo. El saber algo realmente requiere que hagamos algo. Significa el trabajar duro para lograr que las cosas sucedan.
Por supuesto que es muy seguro el embarcarnos en conversaciones intelectuales, el recoger enormes bases de datos, invertir en infraestructura técnica y nunca implementar nada en realidad.
2. Excelentes comunicadores pero, … ¿y los resultados?
Hoy en día el mercado recompensa a las ideas brillantes y a los expertos que saben vender estas ideas. Pero, ¿pueden en la realidad ejecutar esas ideas? El mensaje que recibimos es que es más importante ser listo e inteligente que el lograr que las cosas pasen.
Es el mismo Mercado el que recompensa al Consultor que puede hablar muy bién sobre la administración de una planta, en lugar de recompensar adecuadamente al gerente de la planta que sabe verdaderamente cómo manejar esa operación.
3. Se puede ganarle a la competencia
La importancia de reconocer que no es crítico tan solo el saber, sino que también el hacer se traduce al campo competitivo.
En un mercado en el cual la velocidad con la cual la competencia puede copiar la mejor idea ha aumentado a tal nivel, que la ventaja de salir con la idea misma en un principio se está perdiendo.
Por lo tanto, mientras que el tener el conocimiento es útil, no es suficiente. Ya no brinda la ventaja comparativa que una vez solía tener.
4. El clima adecuado para permitir implementar sin temor
Si las empresas verdaderamente desean moverse del saber a la implementación, necesitan desarrollar una cultura más permisiva, que tolere el error y el fracaso. La gente debe tener la flexibilidad de probar, para convertir sus ideas en acciones, aunque crean que van a fallar!
El aprender significa el tolerar gente que comete errores. Aprender significa permitir que la gente pruebe hacer cosas que nunca antes habían hecho. Si solo hacemos lo que ya sabemos cómo hacer, entonces no vamos a aprender nada nuevo.
Otro efecto secundario del temor es que retrasa el flujo de información dentro de la empresa. Como nadie quiere ser el portador de malas noticias, los individuos se concentran solo en el corto plazo y en su propia sobre vivencia.
5. El aprender tiene un precio y debemos pagarlo
No es fácil motivar a la gente para que aprenda y se deberá pagar un precio entre la habilidad y el aprendizaje. Los aprendices no son tan hábiles como los expertos. Así que el aprender tiene un precio y la empresa debe estar dispuesta a pagar ese precio.
6. Hablando y haciendo
Las empresas a menudo confunden el hablar con el hacer. Creen que el dar presentaciones y hacer reportes equivale a implementar. El confundir el hablar con la acción es un grave error.
Estudios de diferentes empresas han demostrado que a las personas negativas se les percibe como más listas que las personas positivas, el ser crítico se confunde con la inteligencia.
La mejor forma que tienen estas personas para demostrar que son listas es coartando las iniciativas de los otros, se crea así un medio en el cual nadie expone sus ideas.
7. Decidir no es lo mismo que implementar
Otra trampa que cometen las empresas es el confundir el tomar una decisión con el hacer que las cosas pasen. En principio nos obsesionamos con tomar la decisión correcta, olvidándonos que la decisión misma no cambia nada, que es apenas el principio del proceso de implementar.
8. Nos vamos en Programas…
Uno de los enemigos más grandes para lograr hacer algo son los famosos programas. Las empresas continúan anunciando un nuevo programa para una cosa u otra, preocupándose continuamente con el contenido del mismo, en lugar de aprender haciendo, en lugar de aprender a base de prueba y error.
9. La forma como siempre hemos hecho las cosas…
Uno de los obstáculos más grandes en las empresas es que para evitar equivocarse por temor de nuevo a las repercusiones, las empresas continúan atrapadas en una lógica circular: «aquí las cosas siempre se han hecho de esta manera porque es la mejor forma de hacerlas, porque siempre las hemos hecho así».
No existe departamento más culpable dentro de una organización de la falta de flexibilidad que el departamento de recursos humanos, que se rige por una serie de políticas que comenzaron con muy buenas intenciones pero terminaron amarrando la ejecución en la organización.
10. Muchas medidas internas.. pero ¿qué tan importantes son?
Las empresas se han convencido a si mismas que puesto que lo que se mide se hace, entre más mediciones, mejores resultados. Pero al final, se están midiendo tantos elementos que ya nadie les pone atención.
11. Competencia interna
Otro componente del comportamiento dentro de la organización que evita que las empresas implementen buenas ideas, es la horrible competencia. Las empresas todavía consideran que la mejor forma de lograr que la gente haga las cosas bien, es el hacerlos competir el uno contra el otro.
Sin embargo, aunque esto puede ser aplicable en el terreno deportivo, cuando tiene que ver con el terreno del aprendizaje, la gente aprende mejor cuando operan en un medio no competitivo.
12. Haciendo que el futuro sea mejor que el presente
Dice el dicho que si queremos que el futuro sea mejor que el presente, debemos comenzar a trabajar en éste ahora. Nuestro trabajo es hacer algo hoy que sea mejor que lo que hicimos ayer.
Y hacer algo mañana que sea mejor que lo que hicimos hoy. El reto es desarrollar una cultura de acción en las empresas.
Debemos recordar que los resultados en las empresas se producen en la administración efectiva de las operaciones y en la venta de los productos, de la mercadería.
En la mayoría de los negocios, las ventas son la base del éxito y el esquema bajo el cual se producen estos resultados es el que merece toda la atención. Comisiones por resultados y mayores comisiones por excelentes resultados. No debe existir una brecha entre el saber y el lograr esos resultados!