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Cuánto Cobrar Por Tus Servicios Profesionales

Cuando recién inicias en el mundo de emprendimiento y comienzas a ofrecer tus servicios como profesional, una de las primeras preguntas que surge es cuánto cobrar por tus servicios profesionales, o sea cuánto cobrar por tu trabajo.

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Pero calcular honorarios profesionales no es sencillo, por eso te ofrecemos esta guía para que aprendas a calcular cuánto cobrar por tus servicios profesionales.

¿Diseño gráfico, fotografía, traducción de textos, organizar eventos? No importa el área en la que estés empezando a trabajar por tu cuenta, es importante que establezcas precios por servicios que sean rentables para ti y a la vez atractivos para el cliente.

A continuación, te damos una guía general que te servirá para contestar la familiar pregunta ¿Qué precio le pongo a mis servicios?.

Guía Para Calcular Las Tarifas de Tus Servicios Profesionales

Costos y tiempo disponible

Lo primero que debes tomar en cuenta antes de establecer tus tarifas y comenzar a trabajar por tu cuenta es saber cuántos proyectos puedes llevar a la vez y qué tanto dinero necesitas para mantener el negocio funcionando.

Primero: Cantidad de proyectos simultáneos

Supón por ejemplo que eres decoradora de interiores y te encargan proyectos para redecorar casas que se van a vender.

Piensa en el tiempo que necesitas para hacer números, visitar lugares, coordinar, reunirte con los trabajadores, atender llamadas, etc. y a eso suma lo que utilizas para tus propias tareas personales.

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Eso significa que en un determinado período de tiempo sólo puedes llevar adelante una cantidad limitada de proyectos. Con base en lo anterior, piensa cuántos podrán ser, por ejemplo, en un mes y saca el número de horas que trabajarás en ellos.

Segundo: Calcula cuánto dinero necesitas para vivir

Luego saca tu costo de vida o presupuesto para ese mismo período de tiempo, basado en tus necesidades personales: alimentación, servicios, gastos médicos, vivienda, transporte, gastos escolares de tus hijos, etc.

No olvides incluir un fondo para emergencias y gastos no previstos.

Tercero: Agrega el margen de utilidades

Una vez que lo tienes, agrégale un margen de utilidades que puede ser del 10, 20 o 30%, según la dificultad del trabajo que realices o cada cuánto se venda.

Cuarto: Calcula el costo por hora

Con este presupuesto y la cantidad de tiempo que le dedicas a tus proyectos, puedes estimar un costo por hora. Para calcularlo distribuye tu presupuesto mensual entre la cantidad de horas que trabajarás en ese mismo período de tiempo.

Quinto: Agrega los impuestos

Luego multiplica esa cifra por 1.5 o 2, ya que debes pagar tus propios impuestos por honorarios, además. No te preocupes, las empresas también recargan sus costos operativos a sus tarifas.

Ejemplo práctico

Imagina que tu presupuesto es de €3,000 por mes y que trabajas 160 horas cubriendo 2 proyectos en un mes. Divides €3,000 entre 160 te da $18.75 por hora, si eso lo multiplicas por 2, te da una tarifa de $37.50 por hora (puedes redondear a €38 o €40).

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Con esa tarifa y repartiendo las 160 horas entre 2 proyectos, estás en condiciones de estimar cuánto cobrarás por cada uno de ellos en el mes, presentar un presupuesto y a la vez saber cuánto cobrar por tus servicios profesionales si te solicitan servicios o cambios que requieran horas adicionales.

Recargos por trabajo adicional

mujer_con_reloj

La anterior es una forma sencilla de calcular una tarifa y te permite establecer tanto un presupuesto fijo como un cobro por horas.

Sin embargo, ten en cuenta que no es igual ofrecer un producto entregable como un diseño web, o una colección de fotografías, que un servicio intangible, como en el caso de las consultorías, por ejemplo.

Además, existe una diferencia entre partir desde cero y trabajar sobre lo que ya tienes.

Si comienzas algo desde cero, lo más probable es que debas hacer varias propuestas para aprobación antes de arrancar con el trabajo en sí, mientras que cuando se trata de una intervención a algo que ya existe, puedes dar una mirada general para estimar el nivel de dificultad y tiempo que requerirá.

Con esto en mente, determina con tu cliente cuáles son los objetivos a cumplir con tu contratación, qué es lo que espera recibir él al finalizar proyecto y a la vez acuerda con él qué cantidad de sesiones de cambios se van a realizar y cuál será el costo de solicitar cambios adicionales a eso.

Trabajo por obra y no por hora

Si el proyecto tiene un plazo establecido, lo mejor es elaborar un presupuesto detallando las condiciones del servicio. Esto lo puedes determinar en función de la duración del proyecto en días calendario y del nivel de trabajo requerido, y no de las horas como tales.

Por ejemplo, si eres diseñadora a lo mejor creas un logo en media hora de trabajo neto, pero no vas a cobrar solo media hora, porque es un servicio que involucra un conocimiento especializado y también es posible que esa media hora, se transformen en cuatro reuniones con el cliente, uno o dos cambios de diseño, cambiar color, fuentes, etc.

Es decir que lo que debes tener en cuenta no es el tiempo que te tardarías tú sola, sino todo el tiempo que requerirá desde que inicias hasta que te aprueben el diseño.

Para esos casos, lo ideal es que establezcas una tarifa por productos, sin dejar de lado siempre detallar qué incluye el servicio y qué no.

Otra opción que puedes implementar es cobrar por fases o avances del trabajo. Supongamos que eres ingeniera mecánica y te encargan diseñar y coordinar la construcción de cierta maquinaria y que luego deberás enseñar cómo se opera; puedes presentar un presupuesto dividido en etapas: diseño, construcción y capacitación.

No olvides delimitar siempre el alcance de cada etapa: qué recibirá el cliente, cuántas veces puede pedir cambios, cuántas reuniones de trabajo tendrán, etc.

Tarifas diferenciadas

Algo que no siempre se toma en cuenta cuando se inicia el trabajo independiente es la diferencia según el grado de tecnicismo que requieren los diferentes tipos de proyecto. No establezcas una sola tarifa para todo.

Por ejemplo, si eres fotógrafa, no es lo mismo ir a sacar fotos a un parque natural que en un estudio o sitio cerrado.

Aplica tarifas diferenciadas según el grado de dificultad que requiera cada tipo de trabajo que te encarguen.

Consulta con tu cliente sobre su presupuesto

reunión de trabajo con cliente

Esto podría parecerte un poco incómodo al inicio, pero a la hora de negociar el precio, no temas preguntarle al cliente qué presupuesto es el que ha considerado para realizar el trabajo.

Desde luego, esto es para saber si te conviene aceptar el proyecto y para la negociación como tal (no dudes que el cliente pedirá rebaja hasta más no poder), pero también para ir tomando nota mental sobre si la tarifa que has calculado es muy alta, muy baja, etc.

De este modo, podrás realizar los ajustes necesarios. Eso sí, sin irte por debajo de tus costos operativos, pues eso sería negativo y perjudicial para tu economía.

Recuerda, es mejor invertir tiempo buscando proyectos más rentables que desperdiciarlo en uno que no te reportará ganancias e igual tendrás que gastar insumos y esfuerzo.

Registra todo en una bitácora del proyecto

anotar todos los gastos del proyecto

Una vez que empieces a trabajar, procura llevar un récord de las horas reales que inviertes, ese tiempo que no fue utilizado en el desarrollo del producto o servicio como tal pero que implicó dedicarlo al proyecto: llamadas, redactar informes, almuerzos de trabajo, insumos gastados (sacar impresiones, hacer prototipos, etc).

Anota en un cuaderno o bitácora el tiempo y los gastos que utilices, saca una liquidación del proyecto y haz los ajustes pertinentes en caso de ser necesario. O al menos que te sirva para el próximo trabajo.

Tarifas del mercado

Como consejo final, mantente informada sobre los precios del mercado laboral. Puedes consultar en la red las tarifas de empresas que ofrecen servicios similares y ver si las tuyas son competitivas.

Enfócate en tu mercado regional, pues las economías varían mucho de país en país.

Anótalo todo como precios de referencia, pero sé flexible a la hora de asignar el presupuesto final, sobre todo si se trata de trabajos recurrentes o con buen volumen. Un cliente que te garantice un trabajo al mes puede tener mejores precios que uno que te encargue uno al año.

Conclusiones

Si estás comenzando y te sientes insegura de cómo sacar todos los cálculos, puedes buscar una herramienta que te ayude inicialmente a calcular tus honorarios profesionales, existen varios servicios de calculadora de honorarios en línea, como la que puedes consultar en SoyFreelancer.com.

Revisa regularmente lo que estás cobrando. No mantengas una misma tarifa por años, pues la economía es fluctuante y debes mantenerte a flote.

Si los costos operativos suben, debes subir tus tarifas, sobre todo porque con cada año y curso que tomas te vuelves más experta y tu trabajo vale más.

Saca tus números, actualízate con los precios y no temas cobrar mejor por un trabajo más especializado cada vez. ¡Suerte y muchos éxitos!

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Mil gracias por adelantado.

Patricia Gutierrezhttp://www.soyfreelancer.com
Estudiante de Ingeniería de la Universidad de El Salvador. Trabaja desde casa como correctora de textos freelance y redactora en SoyFreelancer.com. Entusiasta de la ciencia, la tecnología, el arte y el lenguaje. Autodidacta, amante del café, los gatos la buena música y la lectura. Descubrió su afición por la escritura con la aparición de los primeros blogs.

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