La bulimia, la anorexia y el comer compulsivamente son trastornos alimentarios complicados que tienen como eje el comer, o no comer. Son trastornos alimentarios muy comunes en adolescentes.
La paciente (más de un 90% de pacientes con trastornos alimentarios son mujeres) se siente gorda, culpable, infeliz y fuera de control. Este artículo apunta a cómo hablar y que decirle a su hija cuando el tema del comer ha invadido a toda la familia.
La bulimia (el síndrome por el cual el paciente come y se deshace de lo que come por medio de laxantes, haciendo gimnasia o vomitando), la anorexia (el trastorno por el cual el paciente rehúsa comer y baja de peso más allá de lo que debería mientras sigue sintiéndose gorda) y el comer compulsivamente (el síndrome por el cual la persona come, atracándose, sin hambre fisiológica) son trastornos que adquieren una vida propia y dominan a la de la paciente.
La vida familiar se torna un infierno
Los trastornos alimentarios son multicausales: la psicología personal de cada uno, la sociedad en que vivimos, la cultura de consumo, el lugar de la mujer en nuestra sociedad son factores que influyen en el desarrollo de un trastorno alimentario.
Es por ello que los padres de pacientes con trastornos alimentarios no deben sentirse los causantes de la enfermedad. Lo que sí deben hacer es actuar rápida y coherentemente.
Pautas de conducta ante un trastorno alimentario
Lo que no debe hacer
- Hablar constantemente del tema, o amenazar con tratamientos o internaciones.
- Entrar en una guerra para que su hija coma adecuadamente, o para que deje de comer.
- Obligarla a estar en la mesa si no quiere.
Aquello que puede hacer
- Prepararse para hablar del tema de una manera NO acusatoria.
- Saber que si su hija pudiera elegir, ella no habría decidido tener esta enfermedad. No es algo personal en su contra.
- Estar preparada a que cuando aborde el tema habrá una reacción fuerte de parte de la paciente.
- Elegir un momento neutro (no a la hora de comer) para abordar el tema.
- Explicar que Usted está muy preocupada, que está dispuesta a ayudarla, que su preocupación no pasa por el tema de engordar o adelgazar, sino por el tema de la tortura que ha pasado a ser la comida en la vida de su hija, y en la de toda la familia.
- Si la situación lo permite (y no es una urgencia) decidan juntas cuánto tiempo van a esperar para buscar ayuda profesional.
- Si la situación es urgente, avísele que buscará ayuda profesional YA.
Durante esta charla no se enoje, ni grite o amenace. Diga simplemente que está haciendo lo que le parece adecuado como madre/padre.
Hágale saber que estará presente y lista para ayudarla si ella lo desea. Ignore cualquier exabrupto y manténgase firme en sus convicciones.
Buscar el profesional adecuado es algo que le llevará tiempo y energía. Consérvelas para esta tarea, en vez de gastarlas en una batalla fútil.