Si estás trabajando como autónoma, bien sea en grandes proyectos, o bien si has encontrado trabajo desde casa, antes de aceptar un nuevo trabajo debes revisar ciertas condiciones, ya que el tomar algunos trabajos podría terminar generando pérdidas y no las ganancias que tanto deseas.
Continúa leyendo y reconoce aquellas condiciones, entre otros detalles, que debes tomar en cuenta antes de tomar la decisión de asumir un proyecto.
Revisa las condiciones del proyecto
Estudia los gastos operativos
Antes de presentar tu oferta, recuerda revisar primero tus tarifas, con ello evitarás perder dinero en proyectos que te resulten poco rentables al final. Para ello, además de estimar el tiempo que destinarás a dicho proyecto, debes considerar los recursos que vas a emplear, así como tus gastos cotidianos, dado que mientras dure esa asignación tendrás que comer, movilizarte, entre otras.
Todos estos gasto deben estar incluidos en tu tarifa, así que debes revisar, de forma regular, los precios que se manejan en el mercado, así podrás calcular cuánto realmente te cuesta un proyecto.
Aunque resulta una muy buena idea tomar en consideración el presupuesto del cual dispone para invertir en el proyecto, también es una verdad el hecho que no tienes por qué aceptarlo si lo que se supone que deberías ganar, no cubre tus gastos, pues recuerda que al fin de cuentas, estás trabajando para aumentar tus ingresos.
Asentar por escrito las condiciones de servicio
Antes de emprender cualquier tarea, debes estar seguro que entre tu cliente y tú, han quedado claras las condiciones del servicio. Para ello, podrías redactar una propuesta en la cual detalles las tareas que desarrollarás, el tiempo, lo que sí contempla y lo que no, al igual que los cambios que estarías dispuesto a incorporar.
En la medida de lo posible, evita comenzar a trabajar cuando sólo se han presentado términos verbales. Tu cliente, de igual forma, debería aprobar tu contratación, bien sea por escrito, una orden de compra, una oferta firmada, o incluso por medio de un correo en el cual acepte tu propuesta de trabajo.
De esta manera, podrás asegurarte de que tu cliente, además de haber aceptado contratarte, está aceptando las condiciones bajo las cuales estarás prestando tus servicios, así como la forma de pago.
A futuro, estas medidas supondrán un ahorro de malos entendidos, o que termines haciendo cosas que no estaban contempladas entre tus condiciones, y que podrían generarte gastos que no habías estimado.
Asegura el cobro de tus facturas
En cuanto a los pagos, es posible que recibas un adelanto antes de comenzar el proyecto, como también podría darse el caso que tu cliente desee pagarte por completo una vez esté finalizado.
Si tu cliente es una empresa, tal vez establezca un contrato en el cual determinará los plazos para realizar los pagos. Pero si son personas, es mejor comenzar el trabajo con un anticipo, ya que contar con un contrato pudiese ser más difícil.
De ese modo, estarás seguro de que no estás perdiendo tu tiempo, ni gastando recursos, en un proyecto del cual no tienes la certeza si el cliente terminará por abandonar, anulando el compromiso que acordaron, o peor aún, quedándose con tus ideas sin generarte ningún tipo de ganancia.
Debes estar totalmente seguro que recibirás el pago, esto antes que nada, así que no debes nunca entregar avances que sean relevantes, ni mucho menos el trabajo final.
Una recomendación que puede serte muy útil es que, en el caso que seas diseñador o te dediques a la fotografía, trates de enviar los avances con baja resolución, o incluir marcas de agua con tu logo.
Otra forma en la cual podrías realizar trabajos sin recibir adelantos, pero con el pago garantizado, sería valerte de una plataforma de pago online, puesto que estas generalmente usan sistemas de pagos en garantía, o escrow.
Podrías pedirle a tu cliente que el proyecto sea desarrollado mediante el uso de una plataforma.
Una de las recomendadas es SoyFreelancer.com, la cual es totalmente en español, así podrías pedir ayuda de manera más sencilla, si deseas conocer más al respecto. Y, por supuesto, asegurarte el cobro de tu trabajo.
Además de estas recomendaciones, existen ciertos proyectos en particular en los cuales no deberías trabajar, si te desempeñas como autónomo.
4 Tipos de Proyectos en los que NO Debes Trabajar Como Autónoma/o
#1. No aceptes trabajos en los que tú no fijes el precio
Cuando el trabajo lo propone una persona y no una empresa, entonces debes evitar a los clientes que te dicen la cantidad de la cual disponen, sin posibilidad a más, o que escogerán el precio más bajo. Pues, esto sólo es indicativo de que no está dispuesto a negociar y que además, no valora tu experiencia, ni la calidad del trabajo que estás dispuesto a ofrecer.
Tú eres quien debe fijar el precio, pues eres quien conoce el valor de lo que sabes hacer. Ello implica el no aceptar ningún tipo de trabajo que se encuentre por debajo de la tarifa que has estimado, puesto que estarías solamente perdiendo dinero.
Otro punto que debes evitar es regalar tu trabajo, al cobrar menos de lo que realmente vale, ya que eso tiene repercusiones en tu área profesional haciendo que tu sector sea menos rentable.
Algo que realmente tú no desearías jamás.
# 2. No trabajes para clientes que tengan mala reputación
Este sería el peor tipo de negocio en el cual podrías embarcarte, ya que estarías gastando esfuerzo y tiempo, trabajando para un cliente que al final te las hará difícil para gestionar tu pago.
Este tipo de decisiones sólo te estarán generando gastos imprevistos, además que podrías quedarte sin ningún tipo de pago en absoluto.
A todos los clientes que tengan una reputación marcada por no entregar pagos a tiempo, dar excusas o pagar mal, simplemente debes identificarlos y decirles un “No”. Esto también incluye a los clientes que te pidan avanzar mientras ellos buscan gestionar los adelantos, ya que es probable que estos nunca lleguen, dado que para iniciar un proyecto se supone que inicialmente debería contar con un presupuesto, y si no dispone del dinero para cubrirlo, debes responder con un “No”.
Así de simple.
Es mejor que inviertas tu tiempo tratando de localizar nuevos clientes, antes que tratar de retener a uno que te resultará peor.
#3. No tomes proyectos inviables
Si notas que un cliente te hace una petición que, por tu experiencia, ya sabes que no funcionará lo mejor es que seas honesto y le des a conocer tu opinión.
Ser honesto, además de hablar bien de tu reputación como autónomo, te evitará pérdida de tiempo -tanto para ti como para el cliente-, además que te ahorrará comenzar un trabajo que probablemente terminará cancelándose, e incluso la posibilidad de no recibir el pago al no poderlo finalizar.
#4. Evita clientes que no saben bien lo que quieren
En algunas ocasiones, encontrarás clientes que no conocen bien lo que desean, o cómo realmente será el proyecto. Puede darse el caso que, antes de contactar contigo, necesite de un asesor en materia de negocios para que le brinde ayuda en la definición de objetivos, y así pueda fijar las metas que desarrollará.
Si llegas a tener la impresión que el cliente no tiene claridad respecto a lo que desea, puedes hacerle la recomendación. Pues, en caso contrario, quizás emprendas un trabajo en el cual tengas que hacer tareas para muchas propuestas que terminarán por ser inservibles, y representando una pérdida de esfuerzo y de tiempo.
Será fundamental que el cliente posea claridad respecto a estos cinco factores:
- El tipo de servicios que necesita y qué problema estará resolviendo con ellos.
- La cantidad de propuestas que necesitará comparar antes de tomar una decisión.
- Qué necesitará entregarte para que inicies el trabajo.
- La cantidad de sesiones que requerirá para revisión y cambios (las cuales no deberían ser más de dos).
- La fecha de entrega para la cual desea que el proyecto esté finalizado.
Estos aspectos deberás discutirlos con tu cliente, antes de tomar la decisión de iniciar el trabajo, y por supuesto deberás establecerlos en el presupuesto que le presentes para que te de su aprobación por escrito.
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