Los beneficios obtenidos en tratamientos con aguas termales, no dependen exclusivamente del elemento “agua”, sino de una multiplicidad de estímulos: químicos, físicos y biológicos.
Los efectos químicos se encuentran relacionados con las substancias que posee el agua, que al estar en contacto con la piel, pasan por ósmosis al torrente sanguíneo.
Los efectos físicos se deben mayormente a la temperatura del agua, dado que ésta produce una vaso dilatación periférica, con la cual se mejora la oxigenación de los tejidos en la zona tratada y liberación de substancias que producen efecto antiinflamatorio y calmante del dolor, con relajación muscular, provocando una sensación de bienestar.
A su vez, cada sector del cuerpo humano tiene reacciones internas, fisiológicas, que les son propias, como una mayor o menor red de capilares sanguíneos, reacciones nerviosas, componentes químicos de los tejidos, etc. Por esta razón, por ejemplo, los pies sienten caliente, un baño que para el tronco es indiferente.
Los efectos biológicos se producen por la acción de la “flora” y la “fauna” hidrotermal, integrada por “macro” y “micro” organismos, en compleja unión. Esto se denomina genéricamente “biogleas” y está compuesta por decenas de miles de especies diferentes.
No hace demasiados años, se aisló un microorganismo – en la “Sociedad Internacional de Medicina Hidrológica” – estudiando precisamente lo que se llama “elementos intangibles” de las aguas termales.
Uno de estos organismos, del grupo de las “sulfobacterias” beneficiaba la piel humana. Avanzando en esa investigación, se supo que cuando una agresión, aún la mas pequeña, se produce sobre la epidermis, aparece una sucesión de reacciones biológicas en “cascada” , generadora de una cantidad de micro-traumatismos, que incluyen lo que se llama “inflamación celular”.
Estos micro-traumatismos, repetidos a lo largo del tiempo, son el origen del envejecimiento cutáneo. Las “biogleas” o “plancton hidrotermal”, no sólo aumentan el sistema de defensa y reparación de la piel frente a las agresiones externas (envejecimiento y deterioro) sino que ejercen una acción biológica sobre sus funciones vitales – además de otros órganos y sistemas – que mejora sensible y significativamente la tonicidad y tersura de la piel.
Propiedades y beneficios de las aguas termales
Las aguas termales no son una panacea para todas las dolencias, pero pueden ser un excelente paliativo para la mayoría de ellas, porque:
- Estimulan las defensas del organismo.
- Depuran la sangre, eliminando toxinas por sudoración y diuresis.
- Reactivan el metabolismo.
- Reeducan el sistema termorregulador.
- Provocan una dilatación en la red vascular, con el correspondiente flujo sanguíneo, tornando al organismo, resistente al frío.
- Tienen efectos revitalizadores sobre células y tejidos.
- Se obtienen resultados analgésicos y antiespasmódicos.
- Son sedantes del sistema nervioso.