¿Es deseable la perfección? En esta nota vamos a tratar de demostrar como es mejor enfocarse en progresar y no en ser perfecta.
En general las mujeres somos menos propensas a “saltar a la aventura” que los hombres y damos vueltas y más vueltas en la búsqueda de la perfección.
Por eso a veces posponemos el lanzarnos a la aventura de crear nuestra propia empresa porque seguimos haciendo cursos y mas cursos que nos garanticen que todo marchará sobre ruedas.
En gran medida esas exigencias que nombré anteriormente se basan en la necesidad de perpetuar una imagen que proyecte excelencia, superioridad y perfección y en medio de todo esto, el perfeccionismo se hace evidente, siendo una de las principales causas por la que la gente se siente tan estresada, ansiosa e insatisfecha con su vida.
Pero muchas veces la búsqueda de la perfección paraliza nuestro avance.
Es muy difícil que un desarrollo, ya sea un producto o servicio, sea perfecto de entrada. Es prácticamente imposible que algo salga perfecto a la primera, sin importar cuanto hayamos planificado.
Tanto los productos como los servicios son el resultado de un desarrollo, de una serie de repeticiones, de sucesivos refinamientos del concepto y de la técnica aplicada.
Si buscamos la perfección por encima de todo, siempre surgirá una cosa nueva que nos demore porque todo es perfectible, todo se convierte en una excusa para no lanzar nuestro proyecto.
No es casual que haya un refrán popular que dice: Lo perfecto es enemigo de lo bueno.
[bctt tweet=»Lo perfecto es enemigo de lo bueno – Refrán popular» username=»mdempresa»]
Esa metodología de avances progresivos es patente en el mundo del software donde un programa es lanzado tras un periodo de testeo y luego, cuando hay una enorme masa de gente usándolo, aparecen las actualizaciones para solucionar algunas situaciones conflictivas que aparecen en el camino.
Y ya solo esto nos debería enseñar que la perfección no es tan deseable como creíamos. Y no me malinterpretes, no quiero decir que sea preferible lanzarse de cabeza sobre cada idea que tengamos o que nos conduzcamos en forma negligente, sin esforzarnos, sin pensar en los detalles… Hay que tomar riesgos pero riesgos calculados.
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¿Por que valoramos tanto la perfección?
Porque, en general los seres humanos no tenemos una buena relación con el fracaso, lo percibimos como algo totalmente negativo que debemos evitar a toda costa.
Pero cuando investigamos un poco en la historia de algunos emprendedores se nota claramente que lo que los distingue de los que abandonan es esa capacidad de no dejarse aplastar por el fracaso; pues después de cada fracaso tratan de sacar alguna lección en limpio, ajustan, corrigen y otra vez al ruedo.
Más aún, a veces los fracasos son indispensables para alcanzar finalmente el éxito. Thomas Edison, con más de 1000 inventos patentados (entre los que se encuentra la lamparilla eléctrica) decía algunas frases muy interesantes.
5 frases celebres de Thomas Edison sobre la importancia del fracaso
#1.- No he fracasado. He encontrado 10.000 maneras que no funcionan.
#2.- Para inventar, necesitas una buena imaginación y una pila de basura.
#3.- Muchos de los fracasos de la vida son de personas que no se dan cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos.
#4.- Cuando he decidido completamente que merece la pena conseguir un resultado, voy hacia delante y hago intento tras intento hasta que llega.
#5.- Los resultados negativos son justo lo que quiero. Son tan valiosos para mi como los resultados positivos. No puedo encontrar lo que funciona mejor hasta que no encuentro lo que no funciona.
Conclusiones
Buscar la perfección por encima de todo y no hacer nada hasta lograrla sólo nos conducirá a la frustración, y el constante estrés.
En cambio encarar un proyecto como una serie de pasos perfectibles, atendiendo a la resolución de los detalles, nos dará una sensación de cumplir objetivos y reforzará nuestra confianza y autoestima.
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