Fundada en 1930 por la abogada norteamericana Lena Madesin Phillips, BPW (Federation of Business and Professional Women, conocida en algunos países hispanos como AMNYP) es una ONG internacional involucrada en la igualdad de las mujeres en las áreas de economía, política y en el sector público.
BPW opera a escala mundial, sus 50.000 integrantes se encuentran distribuidas en aproximadamente 100 países y participan en varias agendas como: networking, lobbying y mentoring.
La base de sus actividades la constituyen la acción individual de sus miembros: “Es a través de nuestras integrantes, que la organización tiene influencia en las empresas”, explica la presidenta actual de BPW, la bióloga suiza Antoinette Rüegg, en una entrevista exclusiva con Mujeres de empresa realizada durante su visita a BPW-Argentina el 14 de noviembre en Buenos Aires. En la foto inferior: Lidia Badino, presidenta de BPW de Argentina y Antoinette Rüegg, presidenta de BPW Internacional.
En un mundo en constante cambio, el objetivo de una organización metanacional para Rüegg no es replicar estrategias rígidas del pasado sino responder al reto que plantea la actual economía global: “Seguir una agenda como la nuestra requiere la disposición de aprender toda la vida y adaptarse a cambios constantes. Para valorar debidamente la complejidad de las condiciones de la economía actual hay que trabajar de una manera diferenciada y actuar a escala local, nacional e internacional simultáneamente”, explica la presidenta, quien entró en funciones en 2002 y ejercerá el ños.
En sus actividades, BPW siempre incorpora la agenda política, por ejemplo destaca su representación permanente en la ONU: “Nuestro objetivo principal”, expone la presidenta, “no es ser un club de servicios, aunque funcionemos en una manera similar, somos una organización que representa intereses sociales y políticos”. Cada tres años BPW organiza un congreso mundial para coordinar sus actividades globales y para cultivar la solidaridad entre sus integrantes.
Aunque cambie el mundo y con él las tareas de BPW, su lema seguirá vigente: “Nuestra fundadora siempre les decía a sus compañeras: A las mujeres no hay que enseñarles a recibir limosnas, tienen que aprender a ganar más influencia en su lugar propio y en su trabajo. Teniendo eso en mente nos dirigimos a las empresas intentando lograr el nivel mas alto posible para las mujeres.”
Por ultimo, con respecto a la posición de la mujer en el mundo laboral, la Dra. Rüegg explica: BPW intenta a superar la postura anti-masculina: “No actuamos contra los hombres – quería poner especial énfasis en ese punto – nos interesa involucrarnos en una cooperación real, pero en posiciones influyentes, no solo como subalternas.”
Markus Leiter: – Su organización opera de una manera muy internacional. ¿Cómo funciona la distribución de tareas?
Antoinette Rüegg: – Nuestra tendencia internacional es una gran ventaja aunque haya que trabajar a niveles locales y nacionales. Nuestras mujeres aprenden como hacer lobbying frente los gobiernos. A nuestros congresos siempre invitamos a miembros del gobierno y del parlamento del país sede del mismo. Por eso tenemos contactos muy intensos en los niveles nacionales. En el ámbito internacional presentamos nuestros pedidos a la ONU. Al próximo congreso internacional, que tendrá lugar en Lucerna en el año 2005 – bajo el lema “New dimensions in leadership“ – vamos a invitar lideres internacionales. Entre otras asistentes, concurrirán la señora Mubarak y también la primera dama de México, dado que el congreso siguiente ve a tener lugar en ese país.
Pero no sólo mujeres se reunirán en Lucerna, también concurrirá el CEO de un consorcio mundial cuyo nombre todavía no quiero mencionar. Después de los congresos organizamos seminarios para que nuestras integrantes puedan mantenerse en contacto.
M. L.: – ¿Cuáles son las reacciones del establishment masculino en el mundo de los negocios con respecto a su organización? ¿Cuál es el nivel de aceptación?
A. R.: – Nuestro proyecto trata de una evolución social – soy bióloga y sé lo que significa el concepto comportamiento. Lamentablemente en la área profesional todavía actuamos en forma casi arcaico-biologista. Ese pensamiento jerárquico puede ser útil en la vida familiar algunas veces, pero en el contexto de trabajo no tiene ninguna legitimidad.
Es decir que muchas veces en la vida laboral se encuentra todavía una competencia entre los sexos. Por eso – y soy muy paciente– se requiere muchísimo tiempo para cambiar las mentalidades establecidas. Hay que decir que BPW no tiene fama de estar en contra de los hombres.
Por ese motivo no procedemos en forma militante, pero sí formulamos nuestros pedidos con gran certeza y determinación. Los hombres no tienen que temernos, aunque – para decir la verdad – mi propio esposo, por ejemplo, me dice siempre que al no tener la posibilidad de ingresar en BPW, las actividades de la organización no le resultan demasiado interesantes…
M. L.: – ¿Cuál es el potencial de las mujeres de origen iberoamericano, cuáles son los problemas?
A. R.: – Nuestra organización fue fundada por una norteamericana, el idioma principal de BPW es el ingles. Aunque es muy importante que el mundo sepa hablar inglés, el inglés no es todo.
La gente que sólo habla ingles y no puede manejarse en otro idioma, tendrá problemas en el futuro. Es necesario aprender, por lo menos, un segundo idioma.
Ese aspecto me parece fascinante en el contexto de los países latinoamericanos. Muchos de ellos todavía tienen que aprender a comunicarse en inglés, pero ya traen un extenso horizonte cultural listo para el enriquecimiento.
Las mujeres latinoamericanas tienen un espíritu bastante abierto que muchas veces le falta a la gente que solo habla inglés. Eso será el futuro y de ahí que los países latinoamericanos son extremamente importantes para mí y para la organización en general.
M. L.: – ¿En América Latina, les resulta más difícil a las mujeres imponerse en el mundo laboral y en la economía que en otros partes del mundo?
A. R.: – Sí, absolutamente sí. Cuando hay una crisis económica, la lucha empieza de nuevo, con el resultado que muchas mujeres regresen a sus familias porque la competencia es muy fuerte.
No obstante, no nos dejamos desanimar por esas tendencias. Vamos a seguir con nuestro objetivo de formar un mundo justo para ambos sexos.