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InicioLínea NaturalFitness & SaludAlteraciones de la piel y su impacto sobre la autoestima

Alteraciones de la piel y su impacto sobre la autoestima

Conocerse y cuidar de uno mismo es fundamental para lograr en consecuencia un óptimo rendimiento laboral y de vida. Cuando la salud se ve mellada una muestra clara de que algo va mal nos la ofrece nuestra piel. 

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Ciertas enfermedades cutáneas como la psoriasis, la rosácea, vitíligo…que son crónicas, es decir que no se curan, aunque si pueden mejorarse sus síntomas y resultados con el tratamiento adecuado, afectan de forma drástica a una baja autoestima a quienes las padecen debido a la visibilidad de las señales que presentan.

Si bien nuestra piel puede ser un reflejo de cómo nos sentimos, ocurre a la inversa, que el estado o la salud de nuestra dermis puede afectar a nuestro estado de ánimo. Según afirma el Dr. Ricardo Ruiz Rodríguez, quien dirige actualmente la Unidad de Dermatología Médico-Quirúrgica del Hospital Ruber Internacional (Madrid, España), más de un tercio de pacientes que acuden a la consulta del dermatólogo presentan alteraciones psicológicas derivadas de su enfermedad de la piel.

Incide en la importancia de que el médico debe saber entrever, a modo psicológico, lo que al paciente le sucede, lo que él define con la afirmación del escritor argentino Narosky : “El médico que no entiende de almas no entiende de cuerpos

EL médico pues, debe saber ponerse en lugar del paciente, primero como persona empática y luego como profesional.

La piel actúa como la primera barrera de defensa de nuestro organismo frente a virus y bacterias y contribuye al mantenimiento de una correcta temperatura corporal e hidratación. Funciona pues, como un indicador exacto que tiene nuestro organismo para detectar emociones y, cuyo estado afecta a nuestros sentimientos.

Ciertos factores como el estrés, la ansiedad, la tristeza, incertidumbres derivadas de situaciones caóticas, incontrolables para nosotros, hacen que muchas enfermedades de la piel empeoren.

Saber hacer frente a nuestros sentimientos es fundamental, veamos a continuación, como detectar alguno de estos factores desencadenantes.

El estrés, un desencadenante para el empeoramiento de la piel

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Saber identificar las principales causas y síntomas del estrés es el primer paso para aprender a controlarlo y así evitar que afecte a tu piel y a tu salud en general.

En el estrés es muy importante el concepto de control, pues si sentimos que las situaciones se nos escapan es cuando empieza el estrés. Cuanto mayor sea el control de las situaciones mayor será el poder de elección de cómo actuar, y, por lo tanto, menor será el grado de estrés derivado.

El estrés puede desencadenar afecciones de la piel y provocar el empeoramiento de otras. Veamos a continuación algunas de ellas.

Patologías cutáneas que se ven empeoradas con el estrés: La rosácea, la psoriasis y el acné.

Rosácea

Es un trastorno inflamatorio facial, que provoca erupción cutánea, sensación de ardor, pústulas, su origen se debe a causas a día de hoy desconocidas. La National Rosacea Society, estima que un 79% de personas con rosácea apunta al estrés emocional como factor desencadenante, muy cerca al 81%, debido a la exposición solar.

El propio padecimiento de esta enfermad, genera estrés, el cual a su vez empeora la rosácea, por el que se crea un círculo vicioso del que es complicado salir.

En algunos casos, el tratamiento de la rosácea es más efectivo si se acompaña de terapia psicológica o técnicas para mejorar la salud emocional.

Una de las prácticas que puede ayudar a la gestión de nuestras emociones es el Mindfulness. Esta técnica de la meditación, consiste en observar la realidad, sin juzgar y con aceptación, logrando un pleno estado de la conciencia de las emociones.

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Lograr este equilibrio mental y sentimental no solo ayudará a la rosácea sino también a enfrentarnos a posibles avenencias.

Psoriasis

Su origen se debe a un trastorno del sistema inmunológico que provoca que las células de la piel crezcan más rápido de lo habitual, dando lugar a placas de psoriasis. Uno de los factores principales que afecta a esta enfermedad también es el estrés psicológico y cuando su origen es el principal se denomina psoriasis nerviosa. Al igual que con la rosácea, aprender a controlar el estrés y la ansiedad es fundamental.

Acné

El acné suele aparecer durante la adolescencia, justo la etapa en la que somos más vulnerables. Durante esos años, nos descubrimos a nosotros mismos y forjamos vínculos con las personas a nuestro alrededor, y el acné puede interferir en ese proceso.

La patología no es peligrosa, pero puede hacer que los adolescentes se sientan incómodos consigo mismos. Y que tanto la imagen de uno mismo como la autoestima se vean perjudicadas”, afirma el Dr. Philippe Beaulieu, dermatólogo en París.

El acné por estrés suele afectar especialmente a personas adultas. También, en el caso de estudiantes, que en ciertos estadios experimentan un agravamiento del acné durante periodos de estrés como es en la temporada de exámenes. La causa de ello es porque durante estos episodios, el cuerpo produce una mayor producción de sebo que provoca la aparición de estas afecciones.

La piel conserva las sustancias químicas y los nutrientes del cuerpo a la vez que evita la penetración de sustancias peligrosas en el organismo y actúa como escudo que lo protege de los rayos ultravioletas emitidos por el sol.

Aunque no lo parezca, la piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Cada uno de nosotros tiene de superficie de piel aproximadamente de 2 metros cuadrados con un peso que ronda los 5kg.  Cualquier alteración en su funcionamiento y aspecto puede tener consecuencias importantes en la salud física y mental.

Conocer en líneas generales su estructura nos ayudará a saber cómo debemos cuidar de ella.

Estructura de la piel

La estructura de la piel se compone de tres capas, cada una con una función diferente.

La capa más externa, denominada como epidermis, hace de barrera entre el cuerpo y el exterior, protegiéndonos del crecimiento de bacterias, hongos y los rayos UVA. Es en ella donde se encuentran las células de Langerhans y linfocitos que son los que nos ofrecen protección inmunológica frente los a los agentes externos antes mencionados.

En la capa intermedia se encuentra la dermis, su mayor cualidad es su gran abundancia de fibras de colágeno y elásticas que le dan a la piel sus principales características de elasticidad y consistencia. También, debido a que en ella hay vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas es la causante de hacernos sentirnos frío, calor, dolor, cosquillas…

Por último, encontramos la hipodermis o tejido subcutáneo. Se utiliza fundamentalmente para almacenar grasas, contribuyendo al mantenimiento de la temperatura corporal.

Las señales de enfermedades crónicas se manifiestan en la epidermis afectando visiblemente nuestro aspecto. Independientemente de la afección de la piel a tratar, y de los cuidados básicos que debe recibir la piel, una buena alternativa para lograr atacar la salud de este gran órgano es sin lugar a duda, a través de nuestra salud interna.

La salud interna para el cuidado de la piel

De la unión del cuidado personal y la buena alimentación surge la disciplina de la nutricosmética que utiliza productos nutritivos y ricos en vitaminas que contribuyen a tener una piel más sana y a cuidar también del cabello y uñas.

A día de hoy, aunque todavía no es muy conocida, es vital su papel, puesto que los tratamientos nutricionales funcionan como buen complemento extra incluso para las dietas más equilibradas.

Por ejemplo, para lucir una piel joven, antioxidantes como la vitamina C o la vitamina E nos aportarán un efecto antienvejecimiento. El colágeno, el ácido hialurónico o silicio nos aportarán hidratación.

Asimismo, otros elementos como el cobre, el manganeso, la Vitamina B2, C, E y los polifenoles presentes en el aceite de oliva contribuyen a la protección de las células frente al daño oxidativo.

Del mismo modo, la unión de una buena salud interna, un modo de vida saludable y una vida calmada contribuirán a la mejora de nuestra calidad de vida.

Por último, recordar que no debe subestimarse el  impacto de las enfermedades de la piel . Una encuesta reciente, revela que una de cada seis personas, un 16 %, ha admitido haberse autolesionado como consecuencia de su enfermedad en la piel.

Algunas de las 125 personas que participaron en la encuesta dijeron que incluso intentaron suicidarse, y otras afirmaron haber contemplado la opción en algún momento.

«Los pacientes con acné y otras enfermedades de la piel se suelen sentir muy tristes con respecto a su piel, ya que afecta a su confianza y autoestima de muchas formas diferentes», afirma el Dr. Bav Shergill, portavoz de la BSF.

Conclusiones

Aunque en la juventud las alteraciones de la piel y la autoestima están fuertemente relacionas y producen un fuerte impacto sobre quienes la padecen.

En la edad adulta, con el paso del tiempo, uno aprende a centrarse en su propia personalidad, y a sentirse cómodo con su propio aspecto. El peso de la opinión de los demás sobre nuestra imagen empieza a desvanecerse y la personalidad toma el relevo.

Lograr una salud interna y aprender a entendernos y querernos como somos es el primer paso para poder gozar de una salud mental y física y así poder crecer como personas.

Laura Gil Ferradás
Arquitecta por la ETSAC (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña) y Marketing Expert (Programa The PowerDigitalMarketing por ThePowerMBA) Desarrollo y redacción de contenidos de alto valor en el ámbito formativo y educativo

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