Presidenta del Grupo Codorníu desde 1998, con seis hijos, dos carreras universitarias y una larga trayectoria profesional, a María del Mar Raventós no le cuesta mucho reconocerse hiperactiva.
En esta entrevista, la recién premiada Empresaria del año por Fedepe cuenta a Mujeres Directivas qué significa ser el eslabón de una cadena familiar con 500 años de historia. Habla de su gestión y del rol de la mujer en la empresa.
Grupo Codorníu: Un árbol genealógico de 500 años
La actividad vinícola de Codorníu se remonta a mediados del siglo XVI. En 1659, Anna Codorníu se casó con Miquel Raventós. Desde entonces, la familia Raventós ha sido propietaria de Codorníu. Años más tarde, en 1872, José Raventós elabora cava por primera vez en España siguiendo el método tradicional, e instaura una nueva industria en el Penedès. Entre 1895-1915 el arquitecto Josep Puig i Cadafalch construyó las Cavas Codorníu en Sant Sadurní d’Anoia por encargo de Manuel Raventós. Las Cavas, de puro estilo modernista, fueron declaradas Monumento Histórico Artístico Nacional en 1976 y actualmente son visitadas por 150.000 personas al año. En 1897, Codorníu recibió el título de Proveedor ¨de la Casa Real Española ¨. Desde entonces, elabora una reserva especial y única para el Palacio de la Zarzuela.
La bodega elabora una amplia gama de cavas. Entre los más históricos destacan el Codorníu Non Plus Ultra Brut y el Gran Codorníu, y entre los más innovadores el Anna de Codorníu, primer cava que incorporó Chardonnay a su coupage, y el Pinot Noir Brut, primer vino espumoso elaborado exclusivamente con la variedad Pinot Noir.
En la actualidad el grupo tiene once bodegas en las regiones más importantes del mundo: Codorníu (D.O. Cava), Raimat ( D.O. Costers del Segre), Bodegas Bilbaínas (D.O.C. Rioja y D.O. Cava), Septima (Mendoza, Argentina), Legaris (D.O. Ribera del Duero), Artesa (Napa Valley, Califonia), Bach (D.O. Penedés), Rondel (D.O. Cava), Nuviana (Valle del Cinca), Cellers Scala Dei (D.O.C. Priorato) y Abadía de Poblet (D.O. Conca de Barberà), que elaboran cavas y vinos tranquilos de calidad.
Codorníu está presente en 90 países y tiene nueve oficinas comerciales fuera de España (Gran Bretaña, Alemania, Suecia, Canadá, Argentina, Japón, Venezuela, Estados Unidos y Brasil). La exportación representa el 21% de sus ventas. En España, mercado que representa el 79% de las ventas, el Grupo Codorníu tiene 14 oficinas comerciales y cuenta con un equipo de más de 200 profesionales.
La entrevista con Mar Raventós
Mercedes Wullich: – Usted ingresó a la empresa familiar cuando tenía 24 años, hizo varias carreras universitarias y tuvo seis hijos. ¿Cómo fueron esos tiempos de tanta ocupación?
María del Mar Raventós:– Me incorporé a Codorníu a los 24 años, cuando finalicé Ciencias Económicas y Psicología. Y si bien es cierto es que fueron años de mucha ocupación, el hecho de que la empresa haya estado siempre en manos de mi familia, me ha motivado mucho tanto en mi vida profesional como privada.
Quizás el mayor obstáculo que las mujeres vivimos en el mundo empresarial es compaginar la vida profesional y familiar. Para superarlo es importante tener una buena organización y aprovechar cada minuto del día. También ayuda el apoyo que recibes tanto de la familia, como del equipo de trabajo que te rodea.
M.W: -Desde su ingreso como Presidenta del grupo, se ha producido una importante expansión de la empresa. ¿A qué atribuye el éxito de su gestión?
M.R.: -Esos éxitos son fruto de un magnífico equipo humano y profesional que se siente muy involucrado con la filosofía de la compañía y facilita que las cosas salgan bien.
Pero también gracias a una buena planificación y a un organigrama muy competente en la compañía. Codorníu, como empresa, se estructura alrededor de un Consejo de Administración que representa a los accionistas y a una parte ejecutiva encabezada por un director general y cinco gerentes que son, los que juntos, toman las decisiones.
M.W: -¿Qué es lo que más la enorgullece de la empresa familiar en la que trabaja?
M.R.: -Formar parte de una empresa dinámica, innovadora y emprendedora, que ha sabido transmitir de generación en generación la pasión por la tierra y que siempre ha luchado por la calidad de sus cavas y vinos.
M.W: -El hecho de que usted sea mujer cambia de alguna manera la visión en la selección de su personal. ¿Qué cosas se tienen en cuenta para que un trabajador ingrese al Grupo?
M.R.: -A la hora de la selección de personal lo que se tiene en cuenta, principalmente, es la responsabilidad y la capacidad frente al trabajo que la persona tendrá que desempeñar. El Grupo Codorníu está formado por un equipo altamente cualificado y profesional
M.W: -Grupo Codorníu tiene experiencia en tener mujeres en cargos de dirección. De hecho, hoy usted es la presidenta y Ana Teresa Raventós Chalbaud es la vice. ¿En qué se nota la diferencia respecto de otras empresas más masculinas?
M.R.: -A lo largo de la historia de Codorníu, dos mujeres ocuparon importantes cargos: Una fue Anna de Codorníu, quien unió a las familias Codorníu y Raventós, casándose con Miguel Raventós en 1659.
La segunda mujer ha sido mi abuela, Montserrat Fatjó, quien fue presidenta durante veintiséis años. Creo que el equilibro se encuentra en la buena combinación de ambos sexos.
M.W: -¿Qué significa para usted ser la Mujer Empresaria del año?
M.R.: -Es todo un orgullo. También significa un reconocimiento no tan solo a mi labor empresarial sino a la de todos los que forman parte del Grupo Codorníu.
M.W: -A lo largo de estos años de gestión, ¿cómo vio el papel de la mujer en el mundo empresario?
M.R.: -El mundo empresarial era una parcela exclusiva para los hombres en décadas anteriores. Ahora esta tendencia se está modificando. No obstante, los cambios sociales son siempre progresivos y muy lentos. Desde hace años ya salen en cada formación universitaria, tantas mujeres como hombres.
Las empresas se han abierto a una realidad muy clara: lo que cuenta a la hora de ocupar un cargo directivo es la formación, la capacidad de trabajo y un gran conocimiento del mercado en el que se desenvuelve la empresa.
M.W: -¿Cuáles son los beneficios de ser mujer en el mundo de la empresa?
M.R.: -No creo que existan beneficios específicos por el hecho de ser mujer en el mundo de la empresa. Tal vez ese sexto sentido que dicen tenemos las mujeres, puede ayudar en momentos determinados, a percibir sensibilidades que, desde la fría óptica empresarial, podrían pasar desapercibidas. Cada vez más se valora la diversidad. Y no por simple estética sino como algo que es esencial en la empresa.
M.W: -Hay una suerte de “mito” que dice que las mujeres en cargos con poder son mucho más tiránicas que los hombres. ¿Con qué frase derribaría el mito?
M.R.: -Como mito que es, no es cierto. En la realidad nos podemos encontrar tanto con hombres como mujeres tiránicas.
M.W: -¿Con tanta actividad, le que queda tiempo para el ocio?
M.R.: -Mis principales actividades están relacionadas con el mundo del vino y con la gastronomía. Me gusta organizar catas con amigos en casa, dándoles a conocer nuestras novedades. Además acabamos cada semana haciendo una cata con el comité de gerencia.
Otra de las cosas que me hace disfrutar mucho es escaparme algún fin de semana al viñedo de Raimat. También me apasiona el deporte; el ski, la vela… Me gusta mucho cocinar. Al provenir de una familia de larga tradición vitivinícola, desde pequeña me han educado a saber apreciar también las exquisiteces de la buena gastronomía.
M.W: -¿A qué se dedican sus hijos? ¿Alguno comparte el trabajo con usted?
M.R.: -Mis hijos todavía están estudiando.